“Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos, que tomó la UNESCO como el elemento que no se debe de perder, son las fiestas que sobre todo se hacen en Michoacán, justamente en la zona lacustre de Pátzcuaro y Janitzio; y de ahí se replican a nivel nacional”, agregó.Cabe señalar que la selección de las 20 fotografías, fue el resultado de sesiones que se realizaron en escenario lacustre de Michoacán, para poder captura el cómo la gente vive la muerte en un marco festivo, donde las familias conviven en los panteones, comen y velan con sus difuntos.
Sáenz Bárcenas, añadió que este tipo de tradición para las familias, representa el volver a convivir con sus seres queridos y es muy diferente en relación a la costumbre de otras ciudades donde el recuerdo de los difuntos se realiza al interior de las casas y no de forma pública.
A nivel local, incluso las comunidades indígenas de Amealco de Bonfil, no llevan a cabo alguna tradición en relación a la muerte, principalmente por tratarse de otro tipo de etnias o que las geografías son diferentes a las de la zona de Michoacán donde predominan los purépechas.“Hoy, de alguna forma para quienes no podemos ir a Michoacán es ilustrar la importancia de lo que tiene México en muchos temas, como la muerte, pero visto desde la óptica de las fiestas de los indígenas a los muertos”, finalizó.
