La democracia que pregonan los partidos políticos para elegir a sus candidatos, es pura simulación, ya que la imposición o “dedazo” simplemente fue disfrazada para aparentar un nuevo rostro.
Tanto el PRI como el PAN, el PRD, MORENA o los partidos como Movimiento Ciudadano y el PANAL, siguen recurriendo a los mismos métodos y prácticas “gansteriles” para elegir a sus candidatos.
En el caso del PRI por mencionar un ejemplo, la mayoría de los candidatos a diputaciones federales, locales y alcaldías, salieron no de la voluntad de la ciudadanía o de la militancia, sino de los “jerarcas” políticos, que ostentando el poder, se repartieron las posiciones para contender en los próximos procesos electorales.
La decisión de elegir a los que habrán de representar a la militancia en las urnas, no fue más allá de la dirigencia estatal, en este caso de su líder Mauricio Ortiz Proal, desde donde se “auscultaron” a todos los aspirantes, sin importar que tengan la mínima capacidad de obtener el triunfo electoral. La militancia, simplemente no se enteró de las decisiones cupulares.
Otros simplemente brincaron de los cargos que ostentaban, desde una dirigencia municipal, una diputación o una alcaldía, lo que demuestra que el poder político se sigue moviendo desde el propio poder, simulando la democracia.
La elección de candidatos en este proceso electoral, está claro que no dejó contentos a los militantes de este partido, que incluso abandonaron las filas para adherirse a otros organismo minoritarios y de esta manera alcanzar también un cargo de elección popular.
Desde esta perspectiva, tanto el PAN y el PRI, designaron a candidatos ya “desgastados” en la política y con antecedentes poco fiables y de haber estado implicados en presuntos actos de corrupción, espionaje y hasta delincuencia organizada.
En otros partidos como Movimiento Ciudadano, PANAL y PVEM, sus dirigentes simplemente siguen siendo los que que se autopostulan de manera directa en cada proceso electoral, por lo que está bien claro que a este tipo de políticos, los puede uno ver desde en una regiduría, una diputación local o en el Congreso federal. siempre brincando de un cargo a otro, mientras que la ciudadanía sigue siendo “engañada” con discursos y promesas que simplemente no cumplen.
Tanto el PRI como el PAN, el PRD, MORENA o los partidos como Movimiento Ciudadano y el PANAL, siguen recurriendo a los mismos métodos y prácticas “gansteriles” para elegir a sus candidatos.
En el caso del PRI por mencionar un ejemplo, la mayoría de los candidatos a diputaciones federales, locales y alcaldías, salieron no de la voluntad de la ciudadanía o de la militancia, sino de los “jerarcas” políticos, que ostentando el poder, se repartieron las posiciones para contender en los próximos procesos electorales.
La decisión de elegir a los que habrán de representar a la militancia en las urnas, no fue más allá de la dirigencia estatal, en este caso de su líder Mauricio Ortiz Proal, desde donde se “auscultaron” a todos los aspirantes, sin importar que tengan la mínima capacidad de obtener el triunfo electoral. La militancia, simplemente no se enteró de las decisiones cupulares.
Otros simplemente brincaron de los cargos que ostentaban, desde una dirigencia municipal, una diputación o una alcaldía, lo que demuestra que el poder político se sigue moviendo desde el propio poder, simulando la democracia.
El el PAN no es diferente, la política es simplemente réplica de las prácticas añejas del priísmo en el país. Las convenciones para elegir a sus candidatos desde la militancia, dejaron de ser el método “democrático” que pregonaban los panistas y pasaron a lo más conveniente para los grupos políticos ansiosos por llegar al poder, que fue la designación desde un escaso “liderazgo”.
La elección de candidatos en este proceso electoral, está claro que no dejó contentos a los militantes de este partido, que incluso abandonaron las filas para adherirse a otros organismo minoritarios y de esta manera alcanzar también un cargo de elección popular.
Desde esta perspectiva, tanto el PAN y el PRI, designaron a candidatos ya “desgastados” en la política y con antecedentes poco fiables y de haber estado implicados en presuntos actos de corrupción, espionaje y hasta delincuencia organizada.
En otros partidos como Movimiento Ciudadano, PANAL y PVEM, sus dirigentes simplemente siguen siendo los que que se autopostulan de manera directa en cada proceso electoral, por lo que está bien claro que a este tipo de políticos, los puede uno ver desde en una regiduría, una diputación local o en el Congreso federal. siempre brincando de un cargo a otro, mientras que la ciudadanía sigue siendo “engañada” con discursos y promesas que simplemente no cumplen.