San Juan del Río, 22 Marzo 2022.- ¿Quién no ha necesitado alguna vez una boleada de zapatos? Lustradores, limpiabotas, mejor conocidos como boleros, es un oficio con más de un siglo de historia y que se ha visto afectado por la pandemia hasta casi extinguirse en San Juan del Río.
Se trata de una labor que lleva el sustento desde hace muchos años a sus familias, y que ha servido para pagar hasta los estudios de sus hijos, pero que muchas veces el oficio es minimizado por los ciudadanos.
En el centro de San Juan del Río, laboran alrededor de 30 boleros, que buscan con su trabajo, seguir llevando de comer a su familia.
Como Don Hipólito Solís Gómez, es un bolero que lleva ejerciendo el oficio desde hace 35 años, como su única fuente de ingresos para subsistir y mantener a su familia.
Relata que nunca se imaginó que a sus 52 años de edad fuera necesario buscar otro trabajo, sobre todo ahora que con la pandemia este sector resultó fuertemente afectado, pero que continúa, ya que por su edad no es fácil que pueda conseguir un empleo.
"Ya tengo cincuenta y dos años ya en ningún lado me dan trabajo, llenas la solicitud y te rechazan, ya por los años no es fácil encontrar trabajo", dijo.
A pesar de que el semáforo verde ya dio oportunidad de que los boleros regresen a su trabajo, la clientela es baja, Hipólito señala que hay días que tan solo dos personas solicitan sus servicios; por esto que algunos de sus compañeros tuvieron que desertar del oficio para buscar otro empleo.
"Aquí estamos a la deriva de Dios nada más, es lo que nosotros le hemos dicho a los presidentes que nos otorguen unos créditos para salir adelante pero nada...", subrayó.
Don Hipólito nos cuenta una de las anécdotas que ha tenido a lo largo de su vida como bolero y que fue cuando le cayó un árbol que con la lluvia se desprendió y le causó una seria lesión en un pié.
Por último, mencionó que ya han solicitado al gobierno apoyos para mejorar su fuente de trabajo y capitalizarse de la crisis, pero que no han sido tomados en cuenta.