San Juan del Río, 16 Julio 18.- Siendo una tradición que sus padres le dejaron, el señor Alfonso Pérez Ramírez, proveniente del municipio de Ezequiel Montes, lleva 36 años peregrinando y con lágrimas en los ojos, cuenta que lo que lo mueve es estar cerca de su ‘Lupita’.
A sus 71 años de edad, dijo que siempre peregrina solo, y que su contingente se llama ‘Vigilancia’, ya que son quienes van al frente de todos los demás; por lo que la emoción nunca se apaga en el trayecto que está realizando.
“Apenas llevamos dos días de camino, y el domingo si Dios quiere, estaremos entrando a la Basílica de mi ‘Lupita’; primero entra la Santa Cruz y luego nosotros, pero realmente es una emoción que se vive durante los días que estamos peregrinando”.
Señaló que lo más grande que le ha cumplido la Virgen de Guadalupe, es controlar el azúcar, ya que en meses anteriores ha estado muy enfermo y tomando medicamentos para que se nivelara.
Abundó que está agradecido por tener más salud, que dijo es obra de su ‘Lupita’, a quien admira desde los siete años de edad, y que su meta es seguir año con año agradeciendo por todos los deseos que le ha cumplido.
Don Alfonso indicó que esta tradición es una reliquia heredada por sus padres, y que aunque sus hijos o sus nietos no lo sigan con esta peregrinación, él seguirá hasta donde aguante.
“Al tenerla enfrente uno llora de emoción, se conmueve todo y antes de entrar nos ponemos a bailar un tramo largo y no hay cansancio, no hay dolor de pies, no hay nada, solamente alegría y ganas de seguir adelante”.
Agregó que otros de sus compañeros provenientes de Neblinas llevan ocho días peregrinando, acompañados de niños y jóvenes, que inician el camino de esta tradición de fe católica.