El comercio ambulante, sustento de familias en San Juan del Río

Martín García
Periodista
23 de Agosto de 2017
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San Juan del Río, 23 Agosto 17.- El comercio establecido se queja de la invasión de calles del centro histórico y mercados del municipio, sin embargo se trata de una actividad económica que beneficia principalmente a las familias de comunidades rurales.

Madres de familia y personas de la tercera edad, diariamente salen desde su lugar de origen a las calles de San Juan del Río y mercados, para ofrecer productos elaborados en casa, como gorditas, tortillas, dobladitas y algunos otros productos como huevo y legumbres.

La señora María Teresa Ramírez Pérez, que es artesana y viene todos los días a la ciudad desde Santiago Mexquititlan, Amealco, para vender sus productos.
“Desde las 10 de la mañana estoy poniendo mi mercancía en el suelo y a veces me sale para el día, pero en ocasiones no tengo como regresarme y me quedo a dormir afuera de los Portales”.

María ha pedido a las autoridades un permiso, incluso ha entregado un oficio para que se le pueda dar un lugar adecuado, que dijo le han comentado que está en trámite.

“Pasan los encargados del municipio a inspeccionar y me piden el cobro de piso, pago al día entre 15 a 30 pesos y con trabajos saco para la comida y mi regreso”, comentó.

Menciona que desde la comunidad de Santiago Mexquititlan hasta el Centro de San Juan del Río, se hace 3 horas de viaje. “Es muy pesado ya que traigo mi mercancía y pudiera venir más temprano, pero los camiones no tienen horarios consecutivos”.

Al día, María saca de sus ganancias entre 100 a 350 pesos, que dice no son suficientes para que pueda rentar un cuarto y pernoctar en la calle.

De igual forma, ambulantes de frutos y rosas se han visto afectados, como lo expresa una de las vendedoras provenientes de la comunidad de El Organal ‘Tierra de Rosas’, al referir que “desde las 7 de la mañana me pongo aquí en la Plaza de la Familia a vender mis rosas, hasta las 4 de la tarde que veo si hay movimiento o termino sin mercancía”.

Ella viene dos veces a la semana y le pagan el día en 150 pesos, comenta que sus rosas las extraen de un cultivo familiar y viene a la ciudad para poder comercializarlas.

“Es muy complicado, ya que a veces vienen a quitarme del lugar o que pague piso, pero pues no contamos o cuento para pagar esa cantidad, con trabajos y saco para la comida y el pasaje”, aseguró.

Otras más, ya son tradición con la venta de gorditas, dobladitas y tacos de guisados, ya que mucha de la gente que sale a la calle, aprovecha para almorzar en algún punto de la ciudad, pero sobre todo en el jardín de la Familia, donde ya es tradición que se instalen las vendedoras de tacos de canasta.