Aumenta el calor y, ¿también la agresión?

El exceso de calor, capaz de sobrepasar los límites de tolerancia fisiológicos, puede causar desde insolaciones, golpes de calor y desmayos.

Alan Arturo Martínez Osornio
13 de Julio de 2023
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Aumenta el calor y, ¿también la agresión?
Aumenta el calor y, ¿también la agresión?

Efectos del calor excesivo en el comportamiento humano 

San Juan del Río, 13 de julio del 2023.- Es de sobra conocido que el exceso de calor más que ser incomodo, puede volverse realmente insoportable, dificultando actividades cotidianas que en otras estaciones del año son realizadas sin ningún inconveniente.  

Quiero decir, uno puede pensar dos o más veces, cualquier motivo que nos obligue a salir de casa a la una de la tarde, cuando el sol está en su cenit. 

Múltiples publicaciones científicas han demostrado lo que empíricamente ya sabemos: El clima y más concretamente, las temperaturas que esta expresa en promedio afectan el estado de ánimo y por tanto las decisiones que tomamos ante las situaciones que enfrentamos.  

El exceso de calor, capaz de sobrepasar los límites de tolerancia fisiológicos, puede causar desde insolaciones, golpes de calor y desmayos, hasta la muerte por deshidratación.  

¿Pero qué pasa cuando el calor excesivo sobrepasa los límites de tolerancia psicológicos? 

El calor como fenómeno físico, posee efectos fisiológicos en sistemas vivos y, por ende, también tiene un impacto en la estabilidad psicológica del individuo.  

La adrenalina y noradrenalina, ambas hormonas secretadas en situaciones de estrés, aumentan rápidamente el metabolismo y con ello, la quema de energía y producción de calor corporal.  

La cuestión está en que el cuerpo humano reacciona ante el calor excesivo con similar respuesta, es decir, es como “echarle leña al fuego”.  

Tras estresarse de esta forma, se desencadenan mecanismos de “refrigeración”, como sudoración e hiperventilación. Su objetivo es disminuir la temperatura a un rango más estable (entre 35 y 37 ºC). 

Los cerebros ante situaciones que desencadene altos niveles de estrés no reaccionan de forma idónea, pierden capacidad de concentración, generando sensación de fatiga mental. Las personas pueden predisponer su comportamiento a la agresión cuando se sienten incómodos.  

Si esto se mantiene como una tendencia, se vuelven más irritables, dificultando las relaciones interpersonales cotidianas al disminuir los límites de tolerancia que solemos expresar.  

Lo anterior perfectamente descrito a través de la teoría de neoasociación cognitiva de Berkowitz’s (1984) y mediante le paradigma de la transferencia de la excitación de Zillman (1983). 

Un empujón al caminar en una calle concurrida a medio día podría pasar desapercibido para la mayoría de las personas.  

O tal vez el comentario negativo de algún compañero o extraño en el andar diario.  

La cuestión es que también podría desencadenar otra respuesta, una más agresiva, si esta acción ocurriese en meses de excesivo calor con ausencia de viento, en un país tropical (per se) y en una época donde el cambio climático global muestra una inclinación al aumento de la temperatura media a nivel mundial.  

Y, dicho sea de paso, a una persona ya estresada. 

Entre más desesperación, más agitación, y entre más agitación más calor y, por tanto, más agresividad.  

No es de sorprender que en zonas geográficas tropicales y desérticas, se hallan desarrollado técnicas de respiración, que permitan controlar la temperatura corporal y producir una sensación de calma en climas hostiles.  

Pensemos un poco las técnicas como el yoga o el taichi. 

No obstante, como ya habría notado el padre de la criminología moderna, Cesare Lombroso, el aumento de las temperaturas en climas tropicales podría tener una correlación directa con el aumento de episodios sociales de violencia y, por tanto, actividades delictivas.  

Cuestión que también ya habrían sido descrita por el Barón de Montesquieu, en su obra de 1748 “El espíritu de las leyes”. 

Descrito lo anterior, tomando en cuenta a las consecutivas olas de calor atípicas que estamos sufriendo en San Juan del río y en prácticamente todo el país, podríamos pensar, por ejemplo, en cómo afectará a la tasa de hechos delictivos en –supongamos- zona oriente.  

Aunque estadísticamente podrían presentarse fluctuaciones muy marcadas, las noticias reflejan la realidad social que vivimos, en un municipio y un estado que otrora poseían el distintivo nacional como uno de los más seguros del país.  

Evidentemente se trata de una situación multifactorial, la descomposición social va más allá de los fenómenos climatológicos que sufre una región dada. 

 Aunque en Holanda se cierran las cárceles por falta de reos. 

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