Palo Alto (EE.UU.), 26 jul (EFE News).- Ya exhaustos incluso antes de que termine julio batallando las decenas de gigantescos fuegos que queman en California, los bomberos han desplegado hasta el último de sus recursos para hacer frente a los meses que vienen, tradicionalmente los peores del año en cuanto a incendios.
Tras un invierno sin apenas precipitaciones y un inicio de verano con temperaturas de récord, las condiciones son de un riesgo de fuego altísimo, ante lo que se han equipado decenas de pequeñas y aisladas estaciones por todo el estado que normalmente se encuentran vacías, pero que permiten llegar a cualquier incidente mucho más rápido.
Una de estas estaciones está en lo alto de una montaña completamente seca y amarilla en la Reserva Natural de Foothills en Palo Alto, al sur de San Francisco.
Esta instalación, desde la que se tienen vistas de varios kilómetros a la redonda, funciona como avanzadilla y el año pasado no tenía personal permanente, pero este verano aloja a tres bomberos día y noche desde junio.
15 MINUTOS DECISIVOS EN LA LUCHA CONTRA EL FUEGO
La idea es que este equipo cubra la zona con un tiempo de respuesta casi inmediato, ahorrándose los 15 o 20 minutos que tardarían en llegar los servicios de emergencias desde la estación más cercana, justo el tiempo necesario para que un fuego pequeño se convierta en demasiado grande para ser extinguido al momento.
"Estamos aquí por el potencial de lo que pueda ocurrir, por eso es imperativo que haya personal aquí arriba. Tenemos a tres personas: un capitán, un bombero y un ingeniero", cuenta a Efe Jim LaFuente, el capitán del equipo, que pese a su naturaleza calmada y serena, admite mucha preocupación por lo que está por llegar.
"Las condiciones para el fuego en este área están empeorando. Estamos recibiendo más viento y la zona está ya tan seca como normalmente lo estaría en agosto y septiembre", lamenta el veterano del cuerpo de bomberos, que se protege con gafas oscuras del intenso sol del mediodía.
A lo largo y ancho del estado, los cuerpos de bomberos han desplegado cada camión, avioneta y efectivo por todo el territorio, lo que pone todavía más al límite unas fuerzas que en los últimos años ya empezaban a vislumbrarse insuficientes, puesto que los grandes fuegos han traído consigo una demanda de recursos que no se ha visto correspondida con más presupuesto.
RESTRICCIONES PRESUPUESTARIAS
"Todos los cuerpos de bomberos de California se hallan en una situación de restricciones presupuestarias", explica a Efe el capitán de los bomberos del condado de Santa Clara, Justin Stockman.
La falta de dinero obliga a tomar decisiones tácticas que permitan equilibrar de la mejor manera el presupuesto con la protección ante el fuego, lo que muchas veces se traduce en priorizar unas zonas sobre otras.
Aunque, según Stockman, la mejor estrategia es la de prevención, con el despliegue de estaciones adicionales.
"La inversión de tener personal desplegado cerca de donde pueden declararse los fuegos compensa de largo los potenciales costes de tener que lidiar con los gigantescos incendios que ocurren en California cada año", asegura el bombero.
Actualmente, hay más de ochenta grandes fuegos activos en el oeste de Estados Unidos, especialmente en California, donde el incendio bautizado como "Dixie" quema en una zona muy cercana al pueblo de Paradise, que ya fue arrasado por las llamas en 2018, y el de "Tamarack" amenaza el popular destino recreativo del lago Tahoe.
En la pequeña estación avanzadilla de Foothills, por el momento han tenido suerte y no se ha producido ningún gran incendio en la zona, pero el capitán LaFuente no se fía: aunque en turnos rotatorios, los bomberos seguirán estacionados en lo alto de la montaña hasta por lo menos octubre, y no descarta que se llegue incluso hasta noviembre.
Ya exhaustos en julio, los bomberos californianos se preparan para lo peor
26
de Julio
de
2021
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