En conferencia de prensa, añadieron que el riesgo es mayor debido a que cuenta en su gabinetes con integrantes que apoyan está intervención y no van en contra de sus decisiones, tal como lo hacía su ex secretario de Estado, Rex Tillerson, entre otros.
Señalaron que los ataques contra el gobierno sirio de Bashar Háfez al-Ásad han sido un pretexto para avanzar hacia un conflicto más grande que distraiga la atención sobre los problemas internos que vive el presidente de la unión americana.
"Hay que recordar que Donald Trump ha reconfigurado su gabinete y ahora está, digamos, el ala dura, que muchos de ellos estaban en el gobierno de George W. Bush, y hay que recordar que también hubo una intervención militar en Irak y en Afganistán, y probablemente para allá vaya el gobierno de Trump", aseguró Roberto Zepeda Martínez, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
"Yo veo un régimen más intervencionista en el gobierno de Estados Unidos, los sectores políticos en este momento son determinantes. El panorama es complejo, no me atrevería a asegurar que podría intervenir de manera más acentuada en Siria, porque también tiene sus riesgos, pero probablemente lo haga con el apoyo de países aliados, y hoy ya cuenta con el de Francia y Reino Unido", abundó el doctor en ciencias políticas y sociales.
Sin embargo, apuntó que existen muchas contradicciones por parte del gobierno estadounidense, ya que argumenta que no buscan escalar el conflicto, pero por otro lado la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, ha manifestado que si bien el objetivo es disuadir el uso de armamento químico y la erosión del Estado Islámico, también lo es contener a Irán, dijo.
Al respecto, externó que "probablemente Estados Unidos también ya está diseñando una estrategia para intervenir de manera más acentuada en Irán, ya que se advierten en su gabinete posiciones contradictorias".
Sin embargo, señaló que si bien existen razones como el petróleo y el gas natural de la zona, el conflicto es más complejo, con un Estados Unidos más disminuido y un régimen con mayor fortaleza debido a la intervención de Rusia, a lo que se suma la existencia de la industria militar del país norteamericano.
"Es la tormenta perfecta, y Trump busca un pretexto para salir de sus problemas internos. Vio la coyuntura de las armas químicas y la aprovechó para distraer la atención de los conflictos que tiene con el FBI y con relaciones extramaritales, entre otros", subrayó.
Por su parte, el internacionalista de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, de la UNAM, Víctor Francisco Olguín, estimó que el ataque de Estados Unidos a Siria, régimen al que se acusó de utilizar armas químicas en contra de su población, se trató de una demostración de fuerza y de mandarle un mensaje claro al presidente de Rusia, Vladímir Putin.
"Yo creo que debieron haber esperado a que la Organización para la Prohibición de Armas Químicas emitiera algún tipo de declaración, o que hiciera por lo menos las investigaciones pertinentes para comprobar que efectivamente se produjo este ataque y, después, que fuera (hecho) por parte del gobierno de Bashar al-Ássad", señaló.
Dijo que si comprobará tal ataque, se tendría que condenar al gobierno sirio, así como al estadounidense por el empleo de misiles Tomahawk, ataque que, anotó, no resuelve la situación en ese país y las naciones colindantes, cuya zona vive una "grave crisis humanitaria, con cerca de seis millones de desplazados".