Londres, 16 Dic (Notimex).- La incertidumbre sobre el futuro del Brexit que afectó todo el 2019, vio un poco de luz con la abrumadora victoria en las elecciones del 12 de diciembre del partido encabezado por Boris Johnson, que anunció como un hecho el divorcio con la Unión Europea (UE) el próximo 31 de enero.
Los ciudadanos del Reino Unido dieron su respaldo a Johnson para que pueda maniobrar con amplio margen, luego de que los anteriores primeros ministros (David Cameron y Theresa May) no contaron con el apoyo necesario del Parlamento para negociar con Bruselas el Brexit.
Johnson señaló que esta victoria pone fin a la "miserable amenaza" de un nuevo referendo, ya que no habrá más peros ni condiciones para concluir su salida de la Unión Europea. Ahora está listo para buscar antes de Navidad la aprobación parlamentaria del acuerdo, un tema que marcó la agenda política del Reino Unido en 2019.
El año está por finalizar y Reino Unido sigue encontrar la fórmula para resolver los problemas que más interesan a los ciudadanos, que han cambiado desde las elecciones de 2015, cuando el Servicio Nacional de Salud (NHS) y la inmigración eran los dos principales temas que les preocupaban. Ahora, sin embargo, el Brexit es el tema que no deja dormir bien a los británicos.
Tres años y medio después del referendo en el que se votó a favor de abandonar la Unión Europea (UE), el Brexit finalmente parece a punto de formalizarse. Con el divorcio de la UE, el Reino Unido quiere retomar el control de sus leyes, fronteras, dinero, comercio y su sistema de inmigración.
La aplastante victoria conseguida por el Partido Conservador y de Johnson, le garantiza al primer ministro británico suficientes votos para conseguir la aprobación del acuerdo de salida que ya negoció con Bruselas.
El Brexit, una salida con poco consenso
El 1 de enero de 1973 el Reino Unido se sumó al bloque continental, actualmente conformado por 28 países, pero el 23 de junio de 2016 los británicos decidieron abandonar la UE y poner fin a una relación de más de cuatro décadas.
La celebración de un referendo para decidir si Reino Unido debía continuar o no en la UE fue una de las promesas de campaña con las que el entonces primer ministro, David Cameron, logró la reelección en 2015.
Y en la votación, que tuvo lugar el 23 de junio de 2016, un 48.1 por ciento de los británicos votó a favor de quedarse en el bloque, pero un 51.8 por ciento se pronunció a favor de abandonar la UE.
Para los británicos, la pertenencia a la Unión Europea implica la aceptación de las "cuatro libertades fundamentales": la libre circulación de trabajadores, mercancías, servicios y capitales, puntos en los que no están del todo de acuerdo.
El principal argumento de la campaña a favor de la salida fue que con el Brexit los británicos iban a "recuperar el control" sobre sus propios asuntos, en particular sobre sus fronteras, lo que permitiría un mejor control de la migración.
En principio, estaba estipulado que Reino Unido abandonaría la Unión Europea el 29 de marzo de 2019, plazo que fue extendido varias veces bajo el acuerdo del gobierno británico y de los otros 27 miembros de la UE. La última extensión fijada es el 31 de enero de 2020.
Boris Johnson prometió completar el proceso a más tardar en esa fecha, lo que se confirmó con una aplastante victoria en las elecciones del 12 de diciembre de 2019.
"Vamos a completar el Brexit el 31 de enero, sin peros ni excusas", aseguró en su discurso de victoria. En tanto, los críticos insisten en que el Brexit solo se completará una vez que Reino Unido negocie los términos de su nueva relación con la Unión Europea.
Johnson asegura que puede firmar un tratado de libre comercio con Europa antes de que termine 2020, pero otros consideran que se necesitará mucho más tiempo.
La decisión de salir de la Unión Europea causó un verdadero terremoto político en Reino Unido, forzando la renuncia del primer ministro David Cameron (2010-2016) ante su fracaso para convencer a la población de permanecer en la UE.
Tras su renuncia el país pasó los últimos dos años y medio tratando de ponerse de acuerdo sobre el tipo de relación que quiere mantener con la Unión Europea, al tiempo que el gobierno de la primera ministra, Theresa May, negociaba los términos de la separación.
May tampoco pudo lograr un acuerdo de divorcio entre Londres y Bruselas en su primer intento, anunciado el 25 de noviembre de 2018. La intención original era someterlo a votación en el Parlamento británico el 11 de diciembre.
Tras varios intentos fallidos para la aprobación del acuerdo, y la desconfianza de los miembros de su partido, May se vio obligada a presentar su renuncia, que llevó al eventual nombramiento de Boris Johnson como líder del Partido Conservador y primer ministro de Reino Unido.
Theresa May fue la primera ministra del Reino Unido desde el 13 de julio de 2016 hasta el 24 de julio de 2019. Su sucesor inmediatamente renegoció el acuerdo de salida, pero decidió no someterlo al Parlamento cuando éste rechazó una moción que trataba de limitar el tiempo que se podía debatir.
En lugar de esto consiguió que se convocara a nuevas elecciones con el objetivo de buscar una clara mayoría a favor de su propuesta.
La propuesta de Johnson
Entre otras cosas, el acuerdo del actual primer ministro establece un período de transición cuyo objetivo es dar tiempo a las partes para ajustarse y negociar los términos de su nueva relación.
El período de transición se extendería hasta el 31 de diciembre de 2020, y durante el mismo no habría mayores cambios en la relación entre Reino Unido y la Unión Europea.
El acuerdo también define cuánto dinero le debe pagar Reino Unido a la Unión Europea como parte de los compromisos adquiridos como miembro del bloque, originalmente estimados en unos 39 mil millones de libras (casi 50 mil millones de dólares).
Otro factor a contar es que las partes también se comprometen a mantener los derechos para los ciudadanos británicos que actualmente viven y trabajan en otros países de la UE, y para los ciudadanos europeos que viven y trabajan en Reino Unido.
La libre circulación entre el norte y sur de la isla de Irlanda es otro desafío a tener en cuenta, ante la ausencia de barreras físicas entre la República Irlanda -que sigue como parte de la UE- e Irlanda del Norte -una de las cuatro naciones que conforma el Reino Unido. Esta libre circulación es una de las bases del acuerdo de paz que puso fin a años de violencia independentista.
Ahora la solución acordada con Johnson fue trasladar las barreras aduaneras a la frontera entre Irlanda del Norte y Reino Unido, con la primera comprometiéndose además a conservar las regulaciones de la UE en materia de bienes.
En los comicios del 12 de diciembre los conservadores superaron los 326 escaños necesarios para alcanzar la mayoría absoluta, la mitad más uno de los asientos que componen la Cámara de los Comunes del Parlamento de Westminster.
De acuerdo con los resultados oficiales, el Partido Conservador logró 363 escaños, 37 por encima de la mayoría absoluta, frente a los 203 del Partido Laborista, el gran perdedor de la contienda electoral. Y con esto, los conservadores y Johnson ven la luz al final del tunel del Brexit.
Victoria de Johnson, clave para el futuro del Brexit en 2020
16
de Diciembre
de
2019
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