La Comisión Europea (CE), autora de la serie de medidas que visa combatir la incitación al odio y el adoctrinamiento en línea, justifica la exigencia por “grave riesgo a la seguridad” que ese tipo de publicaciones plantean.
“Las plataformas digitales se están convirtiendo en la principal puerta de acceso a la información, por lo que les corresponde facilitar un entorno seguro para sus usuarios”, sostuvo el vicepresidente de la Comisión para el Mercado Único Digital, Andrus Ansip, en rueda de prensa.
Según el Ejecutivo, los contenidos de “carácter terrorista” son los “más perjudiciales en las primeras horas de su publicación en línea”, por eso el corto margen de acción.
Bruselas también urge a las empresas a poner en marcha herramientas de detección automática y procedimientos de notificación más claros para los usuarios para todos los contenidos ilegales, como los discursos de odio, la pornografía infantil o la falsificación.
Ansip no excluye adoptar una legislación obligando las empresas a actuar en caso de que se constate que no están colaborando de manera espontánea.