Madrid, 20 oct (EFE).- Judith y Kifaia son dos de las 44.000 personas que forman Mujeres por la Paz, una plataforma de base israelí que quiere una solución pacífica y alternativa al conflicto con Palestina y que en la mesa de negociación empiecen a participar más mujeres.
Judith Gilbert es laica y Kifaia Aiaite es árabe musulmana, ambas son israelíes y esta semana participaron en España en varias reuniones y eventos para dar a conocer la acción de su organización así como la "hermandad" con el grupo palestino Mujeres del Sol, que cuenta con unas 1.500 participantes.
"Nuestro objetivo principal es llevar a los líderes de ambos lados a la mesa de negociación y llegar a un acuerdo de paz no violento y vinculante, con la incorporación de mujeres en la mesa de acuerdo a resoluciones de Naciones Unidas", explica Judith en una entrevista con EFE en la Casa Sefarad de Madrid.
Judith, sentada junto a Kifaia a quien traduce al español, asegura que las mujeres han de estar en esa discusión "no solo porque somos el 51 por ciento de la población sino porque traemos a la mesa de negociación otra perspectiva, una visión diferente de la resolución del conflicto".
"En la mesa de negociación hay una ausencia de mujeres, generalmente suelen ceñirse a temas geopolíticos olvidando todo lo demás, suele sentarse gente que ha estado en el ejército, algo que ya te indica hacia qué lado va la negociación", lamenta.
Según indica, las mujeres tienen "en mente el cuidado de las personas" y saben ver "la vida más allá de por donde pasa una línea fronteriza".
"Temas de educación, salud, la economía, no solo de los hombres, la de las mujeres, la de todo tipo de poblaciones, también los más vulnerables, queremos traerlo a la mesa de negociación", añade.
Y es que a su juicio, "sobre la mesa hay muchas soluciones militares y políticas" pero nadie se ha parado a hablar "de qué necesidades hay a cada lado", sin olvidar "que hay que hacer concesiones por ambas partes y para ello tiene que haber un consenso y un entendimiento".
EN BUSCA DE UN INTERLOCUTOR AL OTRO LADO DEL CONFLICTO
Ambas se refieren a una de las frases "que más se dan en Israel cuando se habla del conflicto", la de que no existe un interlocutor palestino con quien conversar para buscar soluciones.
"Es una de las barreras psicológicas más grandes en Israel en general, esa frase de que no hay con quien hablar", una sensación que, según Judith, ha cambiado tras la fundación en 2021 de las Mujeres del Sol en los territorios palestinos.
Un movimiento "hermano" ya reconocido por la Autoridad Palestina, un hecho que les ha permitido salir de la clandestinidad y perder el "miedo" a enfrentarse con "sus propias familias" o con posibles acusaciones de colaboracionismo con Israel.
"Empezaron cuatro o cinco mujeres muy valientes y hoy son más de 1.500, eso explica la motivación y la determinación de las mujeres de ambos lados de acabar con todo esto", valora.
Con ellas llevan organizadas varias marchas conjuntas así como encuentros en territorio israelí, a donde cruzan gracias a la organización de sus compañeras israelíes y sus trámites con el ejército hebreo.
"A pesar de que no hay postura institucional, el hecho de que les permitan entrar para estar con nosotras no es cosa pequeña", matiza.
UNA OPORTUNIDAD TAMBIÉN PARA LAS MUJERES ÁRABE MUSULMANAS ISRAELÍES
Kifaia cuenta que pertenecer a Mujeres por la Paz le ha brindado la oportunidad de conocer a las mujeres palestinas, pero también le ha abierto puertas para compartir espacios con mujeres judías israelíes y ganar libertad y visibilidad.
"También en Israel hay violencia contra la comunidad árabe, hay mucho desempleo y prejuicios", narra Kifaia, quien explica que de un tiempo a esta parte "muchas mujeres árabes israelíes tratan de tomar posición en la resolución del conflicto" con Palestina.
Y es que según cuenta Judith, sin la interacción de estas mujeres no hubiera sido posible conectar con las palestinas: "ellas han hecho de puente, tienen un papel fundamental".
Un puente que ha dado sus frutos, tanto políticos como personales y que, entre otras cosas, ha dado lugar al "Llamado de las madres", una carta conjunta que hacen llegar a la sociedad civil y a los poderes para mostrar que otro camino es posible dentro del conflicto.
"No estamos cerca del fin, no nos engañemos, estamos más cerca que ayer pero menos que mañana, es un camino que hay que recorrer porque no tenemos más alternativa que seguir buscando la forma de llegar a esa mesa de negociación", resaltan.
Una paz para ellas que puede elaborarse "día a día": "con cada una de las acciones que se llevan a cabo estamos construyendo la paz, no solo la ausencia de guerra, sino de crear condiciones adecuadas, humanizar a la otra parte, convivir, conocerla y pactar", señalan.