En un comunicado, el organismo aseguró que más de 1.5 millones de personas se han visto afectadas por el desastre, incluidos al menos 600 mil niños, un tercio gravemente, por haber perdido o quedar separados de sus seres queridos.
Un potente terremoto de 7.5 grados de azotó el viernes pasado la isla indonesia de Célebes, desatando un tsunami con enormes olas de hasta seis metros de altura, que arrasaron con cientos de casas en las ciudades de Donggala y Palu, capital de Sulawesi Central.
“Estamos escuchando más y más informes de niños que han sido separados de sus padres en el caos de la fuga, a medida que los edificios se derrumbaban o las olas del tsunami atravesaban las casas y tiendas costeras dijo Tom Howells, director del programa de implementación de Save the Children de Yakarta.
Lamentablemente, varios niños han perdido a sus padres en el desastre. Es desgarrador. Muchos de estos niños han experimentado traumas y angustias inimaginables, viendo cosas que ”ningún niño debería tener que ver: perder a su madre o su padre, y ver cómo todo lo que han conocido desapareció”, indicó.
Estos niños, agregó el responsable de la organización no gubernamental (ONG), ahora han pasado tres noches en refugios improvisados o incluso en las calles, con poco acceso a alimentos, medicamentos o apoyo emocional.
“A menudo, los niños son los más afectados por desastres como este y las consecuencias caóticas que siguen. A raíz de esta terrible tragedia, la necesidad de un apoyo físico y emocional inmediato para los niños es fundamental", subrayó.
En medio de los esfuerzos de rescate de sobrevivientes y apoyo a los afectados en Sulawesi central, un equipo del socio local de Save the Children, Yayasan Sayangi Tunas Cilik (YSTC), llegó por aire y mar en Palu, epicentro de la crisis, para apoyar a las víctimas, de manera primordial a los niños.
La organización humanitaria establecerá lo que se conoce como “Espacios para niños” en los próximos días para proporcionar a los pequeños afectados un lugar seguro, que les brinde un respiro del caos exterior, destacó el comunicado de la ONG, con sede en esta capital.
Los centros también distribuirán artículos vitales como láminas de plástico y cuerdas para refugio temporal, artículos para el hogar como ollas, sartenes y artículos de higiene como jabones y productos de limpieza para prevenir enfermedades.
El equipo también trabajará con otras agencias y el gobierno para realizar una evaluación rápida de la situación, destacó Save The Children.
"En este momento estamos viendo una necesidad urgente de suministros básicos como refugio, comida y agua, ya que las personas regresan para ver lo que queda de sus hogares y comienzan lo que sin duda será un largo proceso de recuperación", dijo Howells.
El acceso, agregó, sigue siendo un gran desafío en la respuesta, con infraestructura clave como carreteras, puentes y aeropuertos que sufrieron daños importantes, por lo que es posible que aún no conozcamos la magnitud de la crisis en algunos días.
Save the Children ha estado trabajando en Indonesia desde 1976, y tiene una larga historia de respuesta a desastres humanitarios en el país, incluidos los recientes terremotos en Lombok y el tsunami de diciembre de 2004, que dejó 160 mil muertos.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, unas 191 mil personas necesitan urgentemente asistencia humanitaria en la región de Sulawesi, incluidos alrededor de 46 mil niños y 14 mil ancianos.
El terremoto y tsunami posterior han dejado hasta ahora un total de mil 203 muertos, según cifras oficiales, aunque se espera que la cifra aumente, conforme avancen las operaciones de búsqueda y rescate entre los escombros.
La catástrofe también ha dejado más de 540 heridos, 61 de ellos extranjeros, y unos 59 mil desplazados, principalmente en las ciudades de Palu y Donggala, y los distritos de Sigi y Parigi Moutong, sitios en los que se emitió una declaratoria de emergencia.
Indonesia, hogar de 260 millones de personas, es una de las naciones más propensas a los desastres del mundo, ya que en llamado "Anillo de Fuego" del Pacífico, donde chocan las placas tectónicas, provocando actividad sísmica y volcánica frecuente.