En el Himno Nacional de Canadá, conocido como O Canada, la frase donde decía “Verdadero amor patriótico en el comando de todos sus hijos”, ahora dirá “Verdadero amor patriótico en el comando de todos nosotros”, como una forma de reconocer a hombres y mujeres canadienses.
En 2016 el decreto fue presentado por el legislador liberal Mauril Bélanger, quien murió ese año. La propuesta legislativa fue aprobada por unanimidad y anoche la mayoría en el Senado lo aprobó.
El O Canada se convirtió en 1980 en el Himno Nacional de Canadá y desde entonces se habían presentado 12 propuestas legislativas para modificar la parte que refiere sólo a hijos varones, pero ninguna de esas propuestas había sido aceptada.
Una vez aprobada por ambas cámaras, la propuesta tendrá que ser ratificada por la gobernadora general de Canadá, Julie Payette, quien funge como representante de la reina Isabel II de Inglaterra.
El cambio en el Himno se da en un gobierno liberal que tiene un gabinete con equidad de género, que ha nombrado a mujeres al frente de carteras importantes como Relaciones Exteriores y Comercio Internacional y Justicia.
El propio primer ministro canadiense se define abiertamente como feminista y ha introducido leyes a favor de las mujeres y de la comunidad LGBTQ.
La aprobación en el Senado fue aplaudida por legisladores liberales, como la senadora Frances Lankin, impulsora de la propuesta de Bélanger, quien afirmó que después de 30 años se logró que el Himno refleje la realidad de un país incluyente.
“El cambio es sólo de dos palabras pero significa mucho… ahora podemos entonar el Himno con orgullo”, señaló.
La senadora independiente por Quebec, Chantal Petitclerc, exatleta paraolímpica que ganó 14 medallas de oro, dijo que ahora los atletas canadienses que están en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, Corea del Sur, podrán entonar un Himno con una lírica neutral de género, lo que ella no pudo hacer en los años 90.
Sin embargo, el líder conservador en la Cámara Alta (Red Chamber), Larry Smith, rechazó el proceso que desencadenó en la votación favorable a la enmienda y sugirió que el cambio se debió hacer llevado a referéndum, así como todos los canadienses lo hicieron en torno a la bandera canadiense.