“Se trata de una decisión dolorosa, pero desgraciadamente obligada que dejará en el Mediterráneo más muertes evitables sin testigos”, señaló un comunicado de MSF.
“En un creciente clima de criminilización de los migrantes y de quienes los ayudan, se pierde de vista el sentido mismo de humanidad”, denunció Claudia Lodesani, presidenta de la sección italiana de MSF.
Precisó, sin embargo, que "mientras haya personas que sigan muriendo en el mar o padeciendo atroces sufrimientos en Libia, buscaremos nuevos modos para darles asistencia humanitaria y la atención médica de la que tienen desesperada necesidad”.
El comunicado recordó que en los últimos dos meses, con personas desesperadas que escapan atravesando el mar, en la que es ya la ruta migratoria más letal del mundo, el barco Aquarius ha quedado bloqueado en el puerto de Marsella e imposibilitado de realizar su labor humanitaria salvavidas.
“Es el resultado de la prolongada campaña del gobierno italiano y apoyada por otros países europeos para deslegitimar, difamar y obstaculizar a las organizaciones humanitarias comprometidas en el socorro de personas vulnerables en el Mediterráneo”, añadió.
Dijo que al lado de las inhumanas políticas migratorias de la Unión Europea (UE), esa campaña contra las organizaciones que rescatan migrantes en el mar erosiona las bases del derecho internacional y los principios humanitarios.
“Es una jornada oscura, no solamente Europa ha fracasado en la tarea de garantizar la capacidad de búsqueda y socorro, sino que también ha saboteado a quienes buscaban salvar vidas humanas. El final de Aquarius significa más muertos en el mar, más muertes evitables que ocurrirán sin ningún testigo”, declaró Gabriele Eminente, director general de MSF.
La organización denunció que en los últimos 18 meses, los ataques de los gobiernos europeos contra las actividades humanitarias de socorro han recurrido a modalidades típicas de algunas de las naciones más represoras del mundo.
“Pese a que operaba en plena colaboración con las autoridades, la Aquarius fue privado dos veces de su propia bandera y ha sufrido acusaciones absurdas de desarrollar actividades criminales”, añadió.
Dijo que entre campañas difamatorias y maniobras deliberadas contra el derecho internacional, a las personas rescatadas se les ha negado el acceso a puertos seguros y la ayuda, y han sido abandonadas en el mar por días y hasta semanas.
Recordó que este año al menos dos mil 133 personas han muerto en el Mediterráneo y la gran mayoría salió de Libia.
“Los gobiernos europeos han alimentando sufrimientos terribles permitiendo a la guardia costera libia interceptar a más de 14 mil personas en el mar para llevarlas por la fuerza a Libia, en abierta violación del derecho internacional”, añadió.
Destacó que en 2015 Europa se había comprometido ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a que ninguna persona rescatada en alta mar sería obligada a regresar al país africano.
MSF señaló que desde el inicio de sus actividades de búsqueda y rescate en el mar en febrero de 2016, la nave Aquarius ayudó a unas 30 mil personas en aguas internacionales entre Italia, Libia y Malta.
El último periodo de catividad del barco concluyó el 4 de octubre de 2018, cuando llegó a Marsella tras socorrer a 58 personas.
Con las anteriores naves humanitarias Bourbon, Argos, Dignity, Prudence y Phoenix, MSF socorrió desde 2015 a más de 80 mil personas.