La política de recortes en estos sectores estratégicos que Macri impulsó, desde que asumió como presidente en diciembre de 2015, se acentuó este año con la crisis económica que padece el país sudamericano.
Las 57 universidades públicas, por ejemplo, no comenzaron el cuatrimestre ya que hay un paro nacional porque el salario de los docentes sólo aumentó un 5.0 por ciento desde noviembre de 2017.
El incremento es irrisorio porque la inflación acumulada de 2018 es del 19.6 por ciento y cerrará el año en un 30 por ciento, lo que implica que los profesores universitarios perderán 25 puntos de poder adquisitivo.
Otros datos que demuestran la gravedad de la situación es que el gobierno anunció para este año un recorte de tres mil millones de pesos (100 millones de dólares) a las universidades públicas y las becas para estudiantes universitarios de escasos recursos se redujeron en un 36 por ciento.
Por eso es que la oferta del Ministerio de Educación de aumentar un 15 por ciento el salario de los docentes es insuficiente, lo que ha derivado en una serie de movilizaciones.
La Federación Nacional de Docentes Universitarios realizó esta semana clases públicas, asambleas, abrazos a universidades, y marchas en la capital y en diferentes provincias en defensa de la educación y la ciencia.
El próximo lunes, comenzarán una semana de paro total, con jornadas de intervenciones callejeras en defensa de la universidad pública, asambleas y una marcha al Ministerio de Educación que se prevé será multitudinaria.
Los reclamos son un aumento salarial del 25 por ciento, más una cláusula de actualización acorde con la inflación, regularación de docentes contratados, fondos de capacitación docente y mayor presupuesto para la universidad, la ciencia y la tecnología.
En ese sentido, los 240 directores del Conicet enviaron una carta al Congreso para denunciar que la institución, que es reconocida a nivel mundial, está al borde de la parálisis por la falta de presupuesto, además que los investigadores tienen los salarios más bajos de la región.
También denunciaron que se dejaron de pagar colaboraciones internacionales, están detenidas la modernización de equipos y la ejecución de obras y los salarios de casi 10 mil investigadores ya perdieron el 50 por ciento de su poder adqusitivo.
“El Conicet se encuentra en un grave estado, el deterioro provocará la destrucción de grupos de trabajo, la paralización de instrumental muy valioso, y el éxodo de científicos, dilapidando de ese modo la inversión que nuestro país realizó a lo largo de muchos años”, afirmaron.