“La biodiversidad es esencial para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial y la nutrición, mejorar los medios de vida rurales y reforzar la resiliencia de las personas y comunidades”, aseguró Graziano da Silva en el discurso de apertura de una reunión de tres días centrada en la incorporación de la biodiversidad en las políticas y prácticas agrícolas.
El director de la FAO dijo que unos ecosistemas sanos brindan diversos servicios clave de los que depende la humanidad, como el mantenimiento de la calidad del agua, el ciclo de nutrientes, la formación de suelos y la lucha contra la erosión y el secuestro de carbono.
Los ecosistemas agrícolas sanos -resaltó- aportan las bases ecológicas para la producción alimentaria, mientras que la biodiversidad agrícola y ganadera desempeña un papel fundamental para el ser humano.
Pero en la actualidad, la biodiversidad planetaria -diversidad genética a nivel de organismos; diversidad a nivel de especies; diversidad a nivel de los ecosistemas- se enfrenta a distintas amenazas, advirtió.
“La forma en que producimos nuestros alimentos supone una gran parte del problema”, dijo tras agregar que “hoy en día, el mundo aún produce alimentos basándose sobre todo en los principios de la Revolución Verde, que inició hace más de 50 años e implica un uso de insumos químicos con un costo elevado para el medio ambiente”.
Sin embargo, apuntó que amplias zonas de la superficie de la Tierra se utilizan para cultivar, criar animales, capturar y criar peces, o para obtener productos forestales.
Esto significa que, si se gestiona de manera sostenible -con la biodiversidad como prioridad- el sector agrícola puede hacer una contribución importante para proteger la biodiversidad.
Esto hace que promover y facilitar la integración de la biodiversidad en todos los sectores agrícolas sea “fundamental”, según subrayó Graziano da Silva.
La diversidad fitogenética puede usarse para desarrollar variedades de cultivos capaces de tolerar o prosperar en condiciones más cálidas y secas. De manera similar, la diversidad zoogenética aporta la materia prima para que agricultores y pastores mejoren sus razas y adapten el ganado a entornos y demandas que se modifican.
“Solo tres cultivos básicos -arroz, maíz y trigo-, y tres especies animales -vacas, cerdos y pollo-, proporcionan la mayor parte de la ingesta de energía alimentaria en el mundo”, señaló Graziano da Silva.
Las políticas que regulan los sectores agrícolas, el uso de los recursos naturales, la protección y conservación de las especies en peligro, los hábitats y la biodiversidad deben alinearse para proteger mejor el medio ambiente y reducir la huella ecológica de la agricultura, la silvicultura y la pesca, según la FAO.
Sobre el terreno deben implementarse prácticas de producción que no solo salvaguarden la biodiversidad, sino que también garanticen que los productores de alimentos puedan hacer uso de ella de manera sostenible.
Por tanto, el evento de esta semana en la FAO examina ejemplos reales de cómo la agricultura, la pesca y la silvicultura se han gestionado con éxito para salvaguardar la biodiversidad.
Durante la reunión, diversos grupos de trabajo con la participación de una amplia gama de partes interesadas se centrarán en diferentes vías para avanzar en la integración de la biodiversidad en la agricultura, incluyendo la gobernanza global; políticas y legislación nacional; incentivos financieros e inversiones y medidas de la cadena de suministro.