Barcelona, junio (SEMllac/La Independent).- El laberinto legal era una de las mesas de las Jornadas Internacionales sobre medios y violencias machistas organizado por Origen.
Las deficiencias y las malas praxis en el sistema legal, como también la falta de medidas de protección y acompañamiento de las mujeres y también en algunos protocolos policiales, quedaron de manifiesto en ese debate.
Rubén Sánchez, psicólogo y formador que atiende en la Oficina de atención a la víctima en delitos de Violencia en la ciudad de la Justicia de Barcelona, se mostró en su intervención, partidario de utilizar el término feminicidio para las mujeres asesinadas y no víctimas de violencia intrafamiliar o conyugal; denunció la "vulneración de derechos a diario" hacia las mujeres en las praxis de los Juzgados -"díganme si no lo es, que las mujeres declaren a 1,5 metros de otras personas y sin intimidad en las comparecencias".
Síndrome del burn-out o quemarse por el trabajo
Sánchez reveló también que las y los profesionales judiciales padecen el síndrome del burn-out (dolencia que afecta al personal sanitario que vive situaciones difíciles y muertes asiduas y literalmente 'se quema') pero que, al parecer, también sufren en el ámbito judicial las personas que atienden situaciones de violencia, como las que él explicaba.
Por un lado, lo sufren por el exceso de trabajo, obligado por los recortes económicos: "Acabo de venir de guardia, -afirmaba este psicólogo- y he estado con una jueza que ha tenido que atender declaraciones de siete mujeres más las de los siete agresores hombres, es decir 14 comparecencias; humanamente, no sé cómo ella lo hizo", afirmó Rubén Sánchez.
Por otra parte, señaló "acabas absorbiendo esas violencias y prejuicios y eso repercute en el clima y el entorno laboral" y en definitiva, en la propia salud y por eso se 'queman'.
Desvelar las sentencias para acabar con la impunidad
Dirigiéndose a las y los periodistas asistentes, Rubén Sánchez afirmó que, primero, se "aseguren bien de lo que es la realidad y no lo que afirman los trípticos o las memorias" porque "cuando hay una rueda de prensa montan el escenario" y hasta "ponen sillas y flores" que, en general, no existen.
Luego, animó a que "acaben con el blindaje de las decisiones judiciales" porque "debe ser noticia la sentencia judicial porque parece que existe mucha impunidad", pues la prensa se olvida de las resoluciones tras el asesinato de las mujeres y no se sigue el desarrollo de los acontecimientos posteriores: las penas a los victimarios y como se hace la rehabilitación.
Y finalmente, exhortó a que la prensa ponga fin a los prejuicios y a la visión estereotipada, que todavía no se ha eliminado, incluso, en los entornos policiales y judiciales. Para ello, aconsejó que se elaborara una 'bolsa de contactos' de expertas y mujeres supervivientes para facilitar correctas y reales informaciones, técnicas y personales, para lo que él se brindó posibilitar.
Violencia institucional y malas prácticas
Lo más terrible, de todas formas, fue conocer por boca de ese técnico, que no se toman las adecuadas medias de protección hacia las mujeres que sufren violencia (Catalunya es la que menos atiende del Estado español); que no existe una Unidad de Valoración Integral, y, sobre todo que, a pesar de las formaciones en género, existen todavía profesionales que trabajan en el ámbito de la Justicia y no cambian su actitud machista.
Sánchez concluyó que hay que hacer temblar los cimientos de la Justicia porque, en su opinión, existe violencia institucional, además de malas prácticas y hay interés en que todo siga igual; porque "el poder Judicial quiere mantener el orden establecido y no cambiarlo".
La abogada Laia Serra, conocida mediáticamente por ser la defensora de Ester Quintana, fue muy crítica, precisamente con los medios de comunicación, porque transmiten ideas estereotipadas y "nunca debaten las dinámicas o las causas de la violencia". En su opinión el 'ciclo de la violencia' contra las mujeres es un "fenómeno complejo" que tiene resultados terribles (agresiones o muerte) pero que todavía se explica con mitos y enfoques estereotipados. Aún falta "debate sobre la responsabilidad" tanto social, -que "acepta con resignación esa violencia"- como institucional.
Mitos y estereotipos en el sector Judicial
Según esta jurista, sin embargo, también existen estereotipos en el sector Judicial. Por ejemplo, la mujer es casi impresentable como persona: a) se la considera mala, oscura, manipuladora (siempre quiere conseguir algo); b) es también infantil, se deja llevar, no sabe decidir; c) es una víctima, por tanto vulnerable.
Pero, si alguna mujer es fuerte, ya se piensa que "tan mal no está", por tanto, "tendrá dificultad" en confirmar que sufre violencia ante las instituciones.
Luego, en opinión de Laia Serra, está el 'mito del maltratador' o los escenarios que 'ellas' propician: a) la violación en un callejón oscuro, cuyo asaltante es un migrante y que, en realidad, es una violencia en el ámbito doméstico y perpetrado por personas cercanas; o b) los mensajes nefastos: ella lo provoca... algo habrá hecho...
Sociedad irresponsable y resignada
Serra denunció que "a la mujer siempre se la responsabiliza de todo lo que le pasa; aunque sea subliminal; está en el lenguaje comunicativo" y, de esta forma, se legitima la violencia machista. Por otro lado, según esta jurista, "si el maltratador maltrata es porque el entorno social lo permite, además de los policías y los jueces".
Según su experiencia legal, "la violencia se acepta con resignación porque atañe a toda la sociedad y no se acotan las responsabilidades". Serra también valoró los 'inputs' de los medios de comunicación y la "retroalimentación" que, para ella, sienten los agresores al ver las noticias en los medios. Eso fue discutido ampliamente en el debate posterior.
La buena noticia que comunicó la abogada Serra fue saber que más de 25 colectivos de diferentes asociaciones de mujeres, profesionales y activistas feministas presentaron al departamento de Interior de la Generalitat el 25 de noviembre de 2015 un pliego de quejas, que fue aceptado, para ampliar las medidas de atención judicial, de seguridad y de órdenes de protección, el llamado protocolo de 'Valoración de riesgo' en el que incluyeron todas las normativas internacionales y las demandas profesionales.
Reconocimiento del criterio subjetivo de la mujer
Entre las nuevas conceptualizaciones también se visibilizó jurídicamente la 'violencia estructural' y el 'criterio subjetivo de la mujer' o su percepción personal, inexistente hasta entonces, además del deber de incluir la cronicidad de los hechos violentos y su reevaluación periódica para el seguimiento de la violencia contra las mujeres.
La periodista Rebeca Carranco que, para la discusión, presentó algunos de sus artículos sobre Violencia machista en el ámbito de la prostitución, generó una discusión muy interesante: en cuanto a qué es lo importante para contextualizar una noticia de un asesinato - que no muerte- de una mujer a manos de un hombre y como son atendidas por las instituciones.
Estas son algunas de las reflexiones del debate: No se investigan los casos de acoso y amenazas; el 10 por ciento de las asesinadas habían denunciado; la última víctima en Andalucía lo había hecho cuatro horas antes; Cuando se pegan los dos es como un 'divorcio penal' (Rubén Sánchez); hay que romper con la opacidad penal; el Poder Judicial es el brazo armado y ejecutor del patriarcado.
Denunciar a los jueces que no atienden las demandas
Hay que denunciar que las órdenes de alejamiento no se controlan correctamente: los hombres entran por la ventana cuando no hay guardias, violan espacios privados sin control… y después de las nuevas denuncias de las mujeres, solo aumentan de 500 a 2.000 metros el espacio del alejamiento; por tanto, hay que denunciar a los jueces que no atienden las demandas de las víctimas porque ellas siguen inseguras.
No se acaba la violencia cuando ellos se marchan de casa.
Pero el hecho de que ellas tengan proyectos alternativos y piensen en seguir adelante a diario, cuando se levantan, ya es una victoria. No obstante, las mujeres deben buscar apoyo de su entorno familiar y amical; es resistencia con resiliencia.
La responsabilidad de informar
En cuanto a la responsabilidad de informar para el colectivo de periodistas, quedó patente que las noticias siempre deben aportar debate (agencia, mas agenda propia), tanto si es información positiva (reflexiones de alguna mujer sobreviviente de la violencia) como información negativa (datos de organizaciones que indiquen las carencias que encuentran las víctimas tanto en el proceso como en su salida personal).
Y la prensa siempre tiene que señalar y recordar las obligaciones institucionales en cuanto a las leyes locales y también los convenios internacionales, que obligan al Estado a prevenir, erradicar o sancionar la violencia, como la CEDAW (Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer). Por: Lídia Vilalta
El Poder Judicial, ¿brazo ejecutor del patriarcado?
27
de Junio
de
2016
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