Durante el sermón de su misa matutina, celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta del Vaticano, el pontífice saludó a siete parejas que celebran 25 y 50 años de matrimonio. Ante ellos pidió ver la parte positiva del matrimonio.
Reflexionó sobre un pasaje bíblico en el cual los fariseos quisieron ponerle una trampa a Jesús con preguntas “casuísticas” que sólo podrían ser respondidas con un si, o un no, reduciendo a un simple “se puede, o no se puede”.
“No hay que pensar, como esos doctores, sobre si se puede o no se puede dividir un matrimonio. A veces se da la desgracia que no funciona y es mejor separarse para evitar 'una guerra mundial', pero esta es una desgracia. Hay que ver lo positivo”, señaló el Papa.
Y aclaró que Jesús, en su respuesta, deja de lado el problema de la separación y se concentra en la belleza de la pareja.
Luego, el Papa recordó a una pareja que festejaba 60 años de matrimonio y a su pregunta: “¿Son felices?”, ellos se miraron y respondieron: “¡Estamos enamorados!”.
También reconoció que existen dificultades en las parejas, problemas con los hijos, discusiones, pero subrayó que lo importante es que se mantengan unidos y los superen juntos.
“El amor es capaz de hacernos vivir enamorados toda la vida: en el gozo y en el dolor, con los problemas de los hijos y los propios (...) pero siempre seguir adelante. En la salud y en la enfermedad, pero seguir siempre adelante. Esta es la belleza”, abundó.