Esas naciones han jugado un papel importante en la lucha antiterrorista, y ahora está siendo castigados, señalo Michael Amoah, autor de The New Pan Africanism: Globalism and the Nation-State in Africa.
Pero esos países no solo albergan bases, sino también recibieron militantes de otras regiones que luego viajaron a Irak y Siria, agregó David Otto, director de contraterrorismo de Global Risk International.
En lo que va de la semana Burkina Faso ha sido el escenario de tres ataques en su zona norte, perteneciente al Sahel. El miércoles 11 soldados murieron en un ataque, y se sumaron a los 35 civiles, en su mayoría mujeres, y siete soldados asesinados el martes.
Los atacantes llevaron también su parte, con 80 de ellos muertos en los hechos del martes y otros cinco caídos en el ataque de la víspera.
Los ataques de militantes pertenecientes a grupos con nexos con Al Qaeda y el Estado Islámico han merecido condenas en todo el mundo, una de las más reciente la del Papa Francisco, quien lamentó en su mensaje de Navidad la situación en Burkina Faso, Malí, Niger y Nigeria, todos en el Sahel.
Esas naciones africanas compartieron el llamado a la esperanza del pontífice que la extendió a la República Democrática del Congo, Siria, Yemén, Irak, Líbano, Ucrania y países latinoamericanos.
Sobre esta última región el pontífice señaló "que diversas naciones están pasando un período de agitaciones sociales y políticas", como el pueblo venezolano "probado largamente por tensiones políticas y sociales".
"Que bendiga, agregó, los esfuerzos de cuantos se están prodigando para favorecer la justicia y la reconciliación, y se desvelan para superar las diversas crisis y las numerosas formas de pobreza que ofenden la dignidad de cada persona", señaló también. FOTO: PIXABAY