Nairobi, 16 ago (EFE).- El ex primer ministro y líder opositor de Kenia, Raila Odinga, rechazó este martes los resultados de las elecciones generales al considerarlos "ilegales", un día después de que la Comisión Electoral Independiente (IEBC) anunciase su derrota en la contienda presidencial.
"Las cifras anunciadas por (Wafula) Chebukati (presidente de la IEBC) deben ser anuladas por la Justicia. En nuestra opinión, no existe ningún vencedor legal y válidamente declarado ni un presidente electo", afirmó Odinga en Nairobi en un mensaje dirigido a la nación.
Chebukati proclamó este lunes la victoria del vicepresidente, William Ruto, en los comicios del pasado 9 de agosto con el 50,49 % de los votos, mientras que Odinga se llevó el 48,85 %.
El responsable de la IEBC declaró a Ruto, de 55 años, "presidente electo".
Unos minutos antes del anuncio, cuatro comisionados de la IEBC (formada por siete comisionados y el presidente), incluida su vicepresidenta, Juliana Cherera, cuestionaron los resultados de las elecciones al alegar que el recuento se hizo de manera "opaca".
Según el ex primer ministro, el rechazo de estos comisionados hicieron que la publicación de los resultados sea "ilegal", ya que la legislación -según aseguró- establece que todas las decisiones de la IEBC deben tomarse de manera "unánime" entre sus miembros.
Odinga describió ese anuncio como "un gran revés" para la democracia keniana que puso al país "ante una grave crisis política y legal".
"Rechazamos totalmente los resultados anunciados por Chebukati. Consideraremos todas las vías legales disponibles (para impugnar el escrutinio de la IEBC). No hay presidente electo", añadió.
De acuerdo con la legislación keniana, el ex primer ministro tiene siete días desde el anuncio de los resultados para impugnarlos en el Tribunal Supremo del país.
Y, una vez se interponga esa denuncia, la Justicia tiene un plazo legal de catorce días para dictar su resolución.
Odinga, de 77 años, se presentó el pasado martes por quinta vez a unos comicios presidenciales en Kenia, después de décadas como el eterno candidato de la oposición, sin haber conseguido nunca una victoria.
Tras su derrota por un margen estrecho en las elecciones de 2007, sus denuncias de presuntos fraudes desataron una oleada de violencia con tintes étnicos que dejó más de 1.100 muertos y 600.000 desplazados de sus hogares en Kenia.
En agosto de 2017, sus denuncias de irregularidades en el proceso electoral fueron reconocidas por primera vez por el Tribunal Supremo, que declaró nula la votación y ordenó su repetición.
Sin embargo, Odinga boicoteó esas segundas elecciones al considerar que no se implementaron las reformas necesarias.
Después de una intensa campaña electoral, millones de kenianos votaron el día 9 en unos comicios generales que se desarrollaron con calma, a excepción de algunos incidentes aislados.
No obstante, el escrutinio estuvo empañado por las acusaciones de fraudes por parte de simpatizantes y políticos de las formaciones tanto de Ruto como de Odinga, si bien no llegaron a presentar pruebas claras y contundentes.
Si el Tribunal Supremo no lo impide, Ruto se convertirá en el quinto presidente de Kenia desde su independencia en 1963 y reemplazará a Uhuru Kenyatta, que cumple el segundo y último mandato de cinco años permitido por la Constitución.