En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora el 12 de junio de cada año, la OIT presentó este lunes un análisis sobre el trabajo infantil como resultado de las situaciones de conflictos y catástrofes.
De acuerdo con la Organización, los conflictos armados y catástrofes ambientales, ocasionadas por sismos, huracanes o sequías, siempre tienen un impacto devastador en la vida de las personas, pero primordialmente en la de los menores.
“Los conflictos y catástrofes matan, mutilan y lesionan a las personas y los obligan a huir de sus hogares, destruyen sus medios de subsistencia, los hacen caer en la pobreza y el hambre, y los atrapan en situaciones en las que sus derechos humanos fundamentales son violados”, destacó.
Los niños, añadió, suelen ser las primeras víctimas de estas situaciones, “cuando las escuelas son destruidas y los servicios básicos son interrumpidos. Muchos niños son desplazados o refugiados en otros países, y son particularmente vulnerables a la trata y al trabajo infantil”.
La OIT indicó que mientras que el mundo se esfuerza por lograr la eliminación del trabajo infantil para 2025, la comunidad internacional debe unir fuerzas para acabar con el trabajo infantil en las zonas afectadas por conflictos y catástrofes.
El organismo recordó que los temas de trabajo infantil y trabajo forzoso en situaciones de conflictos y contextos humanitarios serán discutidos en la IV Conferencia Mundial del trabajo Infantil, que se celebrará en Buenos Aires entre el 14 y 16 de noviembre próximo.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó el 12 de junio como Día Mundial contra el Trabajo Infantil en 2002 para concentrar la atención en la magnitud global del trabajo infantil y en las medidas para erradicarlo
Para conmemoraciones de este 2017, la Organización llevó a cabo este lunes un evento público alrededor de la escultura “Renacimiento” de Michelangelo Pistoletto del Parc l’Ariana, en el Palacio de las Naciones de Ginebra, sede de la OIT.
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil une los esfuerzos de gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores, representantes de la sociedad civil, medios de comunicación y muchos otros actores en el nivel local, como escuelas y gobiernos locales, en la campaña contra el trabajo infantil.