Mientras los manifestantes se concentraban en la Plaza de Mayo y en la morgue donde está el cadáver de Maldonado, el ministro de Justicia, Germán Garavano, se convertía en vocero del gobierno y daba entrevistas televisivas que fueron repudiadas por los familiares de la víctima.
Garavano aseguró que él había hablado con Sergio Maldonado, hermano de Santiago, y que el presidente Macri se había comunicado con la madre del joven activista, muerto en circunstancias aún no aclaradas.
Según el ministro, Macri y la mamá de Santiago sostuvieron “una conversación muy sentida. El presidente habló sobre un trágico deceso y lo difícil que es perder a un hijo y un hermano”.
Minutos más tarde, Sergio Maldonado desmintió a Garavano y aclaró que no había hablado con él, además de que repudió que el presidente se hubiera comunicado con su mamá después de 81 días en que el gobierno los ignoró y los maltrató.
El joven de 28 años fue visto por última vez el 1 de agosto pasado, durante una represión del cuerpo de Gendarmería a una comunidad mapuche en la localidad de Cushamen, ubicada en la ciudad de Esquel, a mil 877 kilómetros de Buenos Aires y fronteriza con Chile.
Durante estos 81 días, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo que no había pruebas de la presencia del joven en la protesta (jamás reconoció que hubo una represión), declaró inocentes a los gendarmes y atacó a la familia de Maldonado al asegurar que no querían colaborar en la búsqueda.
El papel más relevante fue el de Macri, ya que el presidente jamás mostró sensibilidad, no habló ni se solidarizó con los familiares e incluso el 1 de septiembre, mientras decenas de miles protestaban en Argentina al cumplirse un mes de la desaparición, él presumía su visita a la heladería con más variedad de sabores de todo el país.
Después de que el ministro de Justicia revelara la supuesta charla con la mamá de Santiago, su hermano Sergio advirtió que “Macri nunca se preocupó por nosotros y la llama a mi vieja (mamá) dos días antes de las elecciones. Garavano es un mentiroso, tiene que haber un límite, no se puede ser tan hipócrita".
Agregó que le parecía “muy bajo” que Macri llamara a su mamá en medio del duelo y desde un número privado, “en un momento en el que ella no está en condiciones".
La conmoción por la muerte de Santiago Maldonado se reflejó de inmediato en el altar colmado de veladoras y fotos que miles de personas comenzaron a instalar de manera espontánea en la puerta de la morgue donde se realizó la autopsia del joven activista.
En la Plaza de Mayo, mientras tanto, llegaban miembros de partidos, sindicatos, organizaciones sociales y ciudadanos sin militancia orgánica que buscaban un abrazo colectivo.