La pared blanca fue apuntalada por carros blindados y mujeres militares en la autopista Francisco Fajardo, para contener a varios miles de mujeres vestidas de blanco y con flores del mismo color, que ondeaban banderas tricolores y pancartas con el grito de “No más represión".
Las mujeres, encabezadas por diputadas y dirigentes políticas opositoras, pretendían llegar al Ministerio del Interior, en la céntrica avenida Urdaneta, pero el despliegue policial contuvo la movilización, mientras las calles adyacentes eran bloqueadas por brigadas policiales con escudos.
La marcha, insistió en que abrieran el paso, pero oficiales de la Policía Nacional argumentaron razones de seguridad e interrogaron: "¿Quién nos garantiza que no va a haber violencia?", a lo que las manfiestantes replicaron: “Estamos desarmadas, ¿quiénes son los violentos aquí?”.
“Exigimos hablar con el ministro del Interior, Néstor Reverol. Él debe garantizar la seguridad de la marcha”, demandó la diputada Delsa Solórzano, quien se mostró indignada cuando se le dijo que la valla era para detener a los “violentos”.
Las mujeres pedían el fin de la represión a las manifestaciones opositoras que comenzaron el 4 de abril pasado, y que han dejado 37 muertos, 800 heridos y más de mil 500 detenidos.
El líder universitario Rafael Requesens advirtió que la lucha continuará a pesar del muro metálico, al sostener que “esta pared es momentánea, insistiremos y lograremos derribarla. En pocos días la vamos a tumbar porque el municipio Libertador (centro de Caracas) no es de ellos, es de todo el pueblo”.
“Nos dicen que somos violentos, cuando los paramilitares han disparado contra los manifestantes, han matado a 37 personas. Nos dicen terroristas, pero los terroristas están en el gobierno”, agregó.
La diputada Manuela Magallanes criticó el despliegue policial, y afirmó que su objetivo es silenciar a un pueblo “que quiere expresarse mediante los votos”, y agregó que “son millones de venezolanos que quieren hablar con el voto y el 'grupito' que está en el gobierno lo que hace es cerrarse”.
La dirigente opositora María Corina Machado gritó a un oficial que mostraba una escopeta: “Reverol tiene el deber de recibir y escuchar al pueblo. ¿Cuál es el miedo? Miren, tenemos las manos vacías”.
Machado, quien fue diputada en la anterior legislatura y después inhabilitada, señaló que Venezuela “nos necesitará a todos en la tarea de reconstruirla”.
La viceministra del Interior, Rosaura Navas, se acercó a las protestantes, quienes le entregaron el manifiesto que pretendían llevarle a Reverol, en el que piden el fin a la represión a las protestas.