En una comparecencia ante las comisiones parlamentarias de Exteriores y de Desarrollo, anoche, Chávez dijo haber sido el único pasajero del vuelo con procedencia de Madrid en ser controlado a la hora del desembarque.
La activista maya quiché, quien viajaba acompañada de su hijo de diez años, fue apartada por la policía francesa de la fila de revisión de pasaportes y retenida durante unos diez minutos, según el relato del diputado español de izquierda Miguel Urbán, testigo del episodio.
“Venía muy emocionada. Pero a la llegada al aeropuerto hubo un registro a mí, a nadie más, y me llamó la atención. Me quería regresar, les soy sincera. Para mí fue racismo, porque fui la única a quien registraron”, dijo la guatemalteca.
El incidente confirmó su impresión de que “los Estados europeos, como otros Estados del mundo, siguen manteniendo una expresión racista, excluyente, patriarcal, misógina”, afirmó.
Chávez recibirá este miércoles el reconocimiento de finalista del Premio Sájarov, junto con el ensayista eritreo David Isaak.
El galardón será entregado a la oposición democrática venezolana.