En rueda de prensa tras una visita de trabajo en Italia, donde se reunió con representantes del gobierno, Grandi dijo que en los centros de detención de migrantes en Libia, miles de personas se encuentran en condiciones “miserables”.
“Estamos trabajando con la Organización Internacional de las Migraciones para las repatriaciones voluntarias, unas 30 mil personas en dos años, mientras la ACNUR (Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados) se encarga de quienes necesitan protección humanitaria”, aclaró.
Dijo que se está poniendo en práctica un plan de transferencias de emergencia gracias a Niger, que ha puesto a disposición una plataforma para la distribución (de migrantes) en terceros países.
Según Grandi, la fragmentación política y la reciente violencia en Libia lo ha llevado a pensar en sacar al personal de la ACNUR de esa nación por razones de seguridad”. “Pero nosotros debemos permanecer”, precisó.
Dijo que las salidas de lanchas con inmigrantes de Libia han caído gracias a que la Guardia Costera de ese país ha sido reforzada, pero es la única institución que ha recibido apoyo y “el apoyo debe ser para todas las instituciones”.
Resaltó, sin embargo, que pese a la caída en el número de migrantes que atraviesan el Mediterráneo, el número de muertos ha aumentado proporcionalmente.
"Sirve mayor coordinación para el socorro, los desembarcos deben darse en puertos seguros y estoy de acuerdo con el gobierno italiano sobre el hecho que en Europa se debe tener un mecanismo compartido de desembarco y de después del desembarco", agregó.
Grandi destacó que el problema de la migración no es exclusivo de Europa, sino que se trata de una situación mundial.
Recordó los éxodos de Venezuela, Nicaragua, Siria y Afganistán, además de la crisis de los rohingya en la frontera entre Myanmar y Bangladesh.
"No subestimo la gravedad del fenómeno, pero si Líbano ha podido manejar un millón de refugiados, creo que Europa puede manejar 10 mil", declaró.
Sobre el reciente anuncio de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en el sentido de que enviará una misión a Italia para evaluar presuntos casos de violencia y racismo contra migrantes (lo que fue criticado por Roma), Grandi opinó que hubo un “mal entendido”.
“Estas misiones se hacen rutinariamente, estoy seguro que cuando habrá diálogo todo será resuelto en el mejor modo y constructivamente”, declaró.
De cualquier manera, el titular de la ACNUR exhortó a todos “a fin de que el lenguaje de la política no cree espacios para el racismo”.
“Yo no acuso a nadie, pero el lenguaje de la política se ha vuelto muy agresivo no solamente en Italia y puede dar espacio a tendencias latentes en la sociedad, a transferir tensiones por los migrantes y refugiados”, afirmó.