"Estamos convencidos que lo más importante ahora es que cese inmediatamente la retórica de la confrontación, algo que no requiere de grandes esfuerzos. El segundo paso es el cese de los combates, el cese de ataques a objetivos civiles", dijo Lavrov una rueda de prensa con la secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejcinovic Buric.
El canciller ruso destacó que esta exigencia ya fue expuesta por los jefes de Estado de los países copresidentes del grupo de Minsk de la OSCE para la solución del conflicto de Nagorno Karabaj y en la declaración de los ministros de Exteriores de Azerbaiyán y Armenia firmada el 10 de octubre en Moscú.
"Tras la reunión en Moscú nuestras esperanzas no se hicieron realidad, continuaron los combates, continuaron los ataques contra infraestructuras sociales y ciudades. Esto es inaceptable", afirmó Lavrov.
El conflicto armenio-azerbaiyano se remonta a los tiempos de la Unión Soviética, cuando a finales de la década de los ochenta el territorio azerbaiyano de Nagorno Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pidió su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra que causó unos 25.000 muertos.
Al término de los combates, que se prolongaron hasta 1994, las fuerzas armenias se hicieron con el control de Nagorno Karabaj y también ocuparon vastos territorios azerbaiyanos, que llaman "franja de seguridad", para unirlo a Armenia.
Azerbaiyán sostiene que la solución al conflicto con Armenia pasa necesariamente por la liberación de los territorios ocupados, demanda que ha sido respaldada por varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Armenia apoya el derecho a la autodeterminación de Nagorno Karabaj y aboga por la participación de los representantes del territorio separatista en las negociaciones sobre el arreglo del conflicto.