Dacca, 9 oct (EFE).- Las ONU acordó este sábado prestar apoyo a los rohinyás, refugiados birmanos de credo musulmán y etnia bengalí, que han sido trasladados por el Gobierno de Bangladesh a una isla remota desde los campamentos al sur del país, un proyecto polémico que ha sido objeto de críticas de grupos defensores de los derechos humanos.
El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el país asiático, Johannes van der Klaauw, firmó un acuerdo sobre la cooperación con las autoridades bangladesíes en la isla de Bhasan Char, en la bahía de Bengala.
"Van a prestar ayuda a los refugiados rohinyás en Bhasan Char del mismo modo en que han venido ocupándose de los rohinyás en Cox's Bazar. Repartirán tanto comida como otros elementos", dijo a Efe el secretario del Ministerio de Gestión de Desastres y Socorro, Mohammad Mohsin, que también firmó el documento en un acto en Dacca.
Mohsin afirmó que las agencias de la ONU podrán atender a los miembros de esta discriminada minoría de forma inmediata, mientras trabajan junto con el Gobierno de Bangladesh en intentar desbloquear la repatriación a Birmania (Myanmar).
La oficina del Coordinador Residente de la ONU en Bangladesh dijo en un comunicado que el acuerdo "permitirá ayudar a los refugiados a llevar vidas decentes en la isla, y a prepararlos mejor para un retorno sostenible a Myanmar en el futuro".
Con la intención de descongestionar los campamentos situados en Cox's Bazar, en el sureste del país, Bangladesh anunció en 2017 su intención de reubicar a unos 100.000 rohinyás en Bhasan Char, de unos 40 kilómetros cuadrados y situada en la bahía de Bengala.
El proceso sin embargo no comenzó hasta el pasado diciembre, debido a las dudas internacionales ante las condiciones en esta isla que se inunda durante la época de monzón, y hasta ahora han trasladado a unos 20.000 miembros de esta perseguida minoría.
Mohsin afirmó que Bangladesh tiene planeado trasladar a unos 80.000 refugiados a la isla entre el próximo noviembre y enero.
Grupos de defensa de los derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) han instado a detener el proceso debido a las condiciones de esta isla deshabitada que suele inundarse durante el monzón, y por la falta de transparencia del proceso.
Unos 738.000 rohinyás llegaron a Bangladesh tras el estallido en agosto de 2017 de una campaña de persecución y violencia por parte del Ejército de la vecina Birmania, que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica y un posible genocidio, crímenes de lesa humanidad que investigan los tribunales internacionales.