La histórica legislación aprobada la víspera en el Parlamento Federal, que puso fin a casi 100 años de prohibición del consumo de cannabis, busca alejar a los jóvenes del consumo con campañas de prevención, y al mismo tiempo captar las ganancias de este comercio hasta ahora ilegal, y fiscalizar su comercialización.
“Vamos a tratar este consumo como lo hacemos con el alcohol o el tabaco. La gente podrá cultivar su planta, así como prepara su propio vino”, dijo Trudeau, quien enfatizó que lo más importante será hacer cumplir la regulación respectiva.
El primer ministro recalcó que la legalización de la marihuana está en proceso y que hay aspectos por definir, como la mejor manera de hacer llegar el producto al consumidor.
Añadió que la fecha del 17 de octubre dará a las provincias más tiempo para preparar su regulación respectiva, que podría modificar la edad mínima de 18 años estipulada para el consumir.
Cada provincia determinará dónde se podrá fumar marihuana, si sólo en parques, dentro de las casas o a una distancia mínima de las entradas de edificios o escuelas.
En la actualidad, los fumadores de cigarrillos comerciales no pueden fumar en interiores de casas, restaurantes u oficinas, ni a la entrada de los edificios, ni en un auto donde haya niños.
De acuerdo con cifras oficiales en 2017, cerca de 4.9 millones de canadienses gastaron 5.7 mil millones de dólares en el consumo de marihuana para uso médico o recreativo, lo que equivale a unos mil 200 dólares (18 mil pesos) por cada consumidor.