La conexión entre México y la Madre Teresa

03 de Septiembre de 2016
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Ciudad del Vaticano, 3 Sep (Notimex).- La “Madre Teresa (de Calcuta) amaba mucho a México y por eso estableció 15 casas de su congregación en ese país”, aseguró Brian Kolodiejchuck, postulador (abogado) del proceso eclesiástico para la canonización de la religiosa.

Un proceso que concluirá el próximo domingo con la declaración de la religiosa como santa de la Iglesia católica.

Kolodiejchuck, también superior de los Padres Misioneros de la Caridad, condujo buena parte de los trámites para llevar a la Madre Teresa al honor de los altares desde la ciudad de Tijuana, Baja California, en el norte de México, donde reside desde hace unos 20 años.

“Recuerdo una vez en Tijuana cuando fuimos a conocer una zona muy pobre y a ella le impresionó un hombre pobre que le dijo: ‘Madre Teresa, no queremos la ayuda material, queremos escuchar la palabra de Dios'. Eso la impresionó tanto que ese mismo día empezó una nueva fundación. Era 1992”, contó el clérigo.

En entrevista con Notimex, Kolodiejchuck aseguró que la religiosa “amaba mucho a México”, por eso empezó su trabajo en la capital mexicana hasta fundar 15 casas en el país, cinco de ellas en Tijuana.

“Ella amaba a María y cada vez que fue a la Ciudad de México visitó la Basílica de Guadalupe. Su mensaje es parecido al de Guadalupe, ambos se centran en el amor materno, tierno. El decir: ‘no te preocupes, aquí estoy yo'. Es lo que la madre siempre quiso decir a los pobres”, agregó.

El Vaticano se prepara para el próximo domingo, cuando el Papa Francisco celebrará una misa multitudinaria en la Plaza de San Pedro durante la cual declarará oficialmente a la Madre Teresa de Calcuta como santa de la Iglesia católica.

Nacida el 26 de agosto de 1910 en Skopje (entonces Macedonia, hoy Albania), Agnes Gonxha Bojaxhiu cambió su nombre al emprender una vida religiosa que la llevó hasta los barrios más difíciles de Calcuta, en India, donde inició una obra a favor de los más desposeídos que le ganó la admiración mundial.

Por esa labor ganó el Premio Nobel de la Paz en 1979, y su familia religiosa, iniciada con la congregación de las Hermanas de la Caridad, se extendió a más de 120 países. Falleció el 5 de septiembre de 1997, fue declarada beata por el Papa Juan Pablo II el 19 de octubre de 2003.

Según Kolodiejchuck, la Madre Teresa es una de las mujeres católicas que más incidencia tuvo en el mundo durante el siglo pasado, y aunque reconoció que existieron santos muy importantes, aseguró que pocos tuvieron tanto eco como ella, incluso fuera de la Iglesia.

Tras recopilar los 35 mil folios que conformaron el proceso de canonización, el sacerdote aseguró que lo más sorprendente en la vida de la santa fue que vivió muchos años de una “noche oscura”, un gran desierto interior.

Constató que, mientras ella vivía todos sus colaboradores sabían que su trabajo no era fácil y por eso pensaron que experimentaba un gran consuelo espiritual, pero quedaron perplejos al descubrir muchas cartas que demostraron lo contrario.

Las misivas fueron custodiadas por la Compañía de Jesús y descubiertas después de su muerte. “Esto fue el aspecto más sorprendente y, para mí, el aspecto singular más heroico”, añadió.

Kolodiejchuck recordó que la Madre Teresa decía que la pobreza más grande del mundo de hoy es no ser amado, no ser querido, sentirse solo y ella experimentó eso de manera muy concreta, no solo la pobreza material.

Entre otras cosas evocó una vez que Teresa de Calcuta debía ir al aeropuerto y la fue a buscar una persona muy ansiosa; a último momento ella decidió saludar a un niño enfermo provocando el malhumor del chofer. Pero al final no lo regañó, sino que simplemente le dijo: “Tenía que ver a ese niño”.

A pesar del control que mostraba en esas ocasiones, en diversas situaciones ella se enojaba porque tenía un carácter fuerte y no era perfecta, indicó el religioso.

“Madre Teresa da este mensaje: sí es importante la tecnología y el desarrollo humano, pero no podemos olvidar a los pobres, no está bien olvidar los valores importantes que no son solamente éxito, fama, poder y dinero. La experiencia de toda la historia nos demuestra que esto nos hace perder el camino hacia Dios”, apuntó.

Por Andrés Beltramo Alvarez. Corresponsal

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