"Sin ruidos y al estar más tranquilos, están como si estuvieran en su entorno natural", relató a Efe el director de zoológico municipal de Santa Cruz, Marcelo Ruiz.
Los huéspedes, como llama a los animales del zoo, muestran incluso una "mejor actitud" sin la presencia de visitantes, destacó el director.
El recinto, un remanso de naturaleza en plena ciudad de más de millón y medio de habitantes, la mayor de Bolivia, lleva cerrado al público desde finales de marzo, cuando empezó en Bolivia la cuarentena por la COVID-19.
El Zoológico Municipal de Fauna Sudamericana Noel Kempff Mercado está considerado uno de los más completos de Suramérica tanto en fauna como en flora y suele recibir unos 800.000 visitantes cada año, entre 60.000 y 70.000 al mes, con fines de semana en los que lo visitaban unas 10.000 personas.
Ahora no se escuchan las voces de sorpresa de los grupos de escolares ni el clic de las cámaras fotográficas de las familias o los grupos de amigos, sino una sintonía de sonidos de los huéspedes, desde monos a parabas.
FOTO: EFE/Juan Carlos Torrejón."Están menos estresados, más tranquilos en general, ha sido un descanso para ellos", aseveró Ruiz, rodeado de aves acuáticas de distintas especies junto a una laguna.
El zoo acoge principalmente ejemplares que fueron víctima de tráfico de animales o se criaron en cautividad por distintas circunstancias, con lo que han sufrido estrés a lo largo de su vida y necesitan una rehabilitación para adaptarse a los de su propia especie.
La cuarentena ha sido beneficiosa para ellos, incluso duermen mejor al haber menos ruido de noche en una ciudad sin apenas tráfico, libres desde hace meses del bullicio de la urbe que antes era habitual.
Al día siguiente se sienten bien, lo que ayuda a que coman mejor, se curen en mejores condiciones si están en tratamiento por alguna enfermedad y hasta les ayuda a las hembras a llevar mejor la gestación.
El zoo está enfocado a concienciar a la sociedad sobre la conservación de la naturaleza, con un aula de educación ambiental especialmente para escolares, guiado por el lema de "Conocer para conservar".
Una estatua en recuerdo del naturalista Noel Kempff Mercado preside la entrada del recinto abierto en 1979, que acoge a alrededor de doscientas especies, desde peces y reptiles a aves y mamíferos, un hábitat donde conviven tucanes, garzas, águilas, grandes tortugas, monos araña y ardilla, antas, enormes peces como el surubí, pumas y jaguares.