Ahora los yihadistas se encuentran rodeados en el extremo noroccidental de Mosul, que incluye el centro histórico de la Ciudad Vieja y la Gran Mezquita de al-Nuri, en cuyo minarete inclinado ondea la bandera negra del EI desde junio de 2014.
La nueva ofensiva fue lanzada por la novena División Acorazada del Ejército iraquí, apoyada por las unidades de respuesta rápida y la policía federal, en el noroeste de Mosul, donde intentarán recuperar los barrios de Musharifa, Kanisa y Haramat, informaron fuentes militares.
Este nuevo frente contribuirá a que la fuerza de élite del Servicio Antiterrorista y las fuerzas de la Policía Federal puedan avanzar desde el flanco sur de Mosul.
“Nuestras fuerzas están logrando un avance constante en las primeras horas de ofensiva y los combatientes del EI están rompiendo filas y se están retirando”, dijo el general de brigada, Yahya Rasool, vocero del Ministerio iraquí de Defensa.
Las fuerzas iraquíes aseguraron estar preparadas para la “la victoria o el martirio” en la batalla contra los yihadistas, señaló Rasool en un comunicado difundido por el sitio Iraqi News.
Este nuevo frente abierto obedece a que desde hace semanas las fuerzas iraquíes llevan luchando en el casco antiguo de la ciudad, donde las unidades gubernamentales se encuentran estancadas por la estrechez de sus calles y la afluencia de civiles atrapados.
La coalición internacional dirigida por Estados Unidos brinda apoyo aéreo y terrestre a la ofensiva en Mosul, capital de facto del EI en Irak, desde octubre pasado cuando el ejército iraquí –con el apoyo de los kurdos y las milicias chiitas- comenzó su gran ofensiva para recuperar la ciudad.
Mosul, la segunda ciudad del país y el último feudo urbano del EI en Irak, cayó en manos de los yihadistas en junio de 2014, cuando fuerzas del gobierno iraquí abandonaron sus armas y huyeron, lo que permitió a los extremistas apoderarse del norte y oeste del país.