"Lo cierto es que nuestra opción no va a ser la de rendirnos, sino más bien permanecer firmes y hacer frente a esta agresión", dijo el líder hutí en un discurso televisado cuando se cumplen seis años de la intervención en Yemen de la coalición militar liderada por Arabia Saudí.
"Estamos listos para una paz honorable en la que no haya ningún compromiso por el derecho de nuestro pueblo a la libertad e independencia, ni un compromiso sobre sus derechos legítimos", dijo Al Huti en el discurso.
Dijo que, en primer lugar, Arabia Saudí debería poner fin a su intervención militar y levantar el bloqueo a Yemen antes de que se pueda considerar su iniciativa de paz, algo que han planteado antes en repetidas ocasiones.
"¿Estás en un estado de constante agresión, asedio asfixiante y medidas arbitrarias, injustas e inválidas, y luego presentas lo que llamas una iniciativa?" preguntó, refiriéndose a un plan de paz propuesto por Riad el pasado lunes.
"El camino hacia el logro de la paz es claro: detened vuestra agresión. Vosotros sois los agresores y nosotros somos los atacados", aseveró Al Huti.
El líder de los hutíes indicó que la entrega de derivados del petróleo, ayuda humanitaria, alimentos y suministros médicos "no se puede utilizar como un medio para chantajearnos negociando con condiciones militares y políticas. Esto es completamente imposible".
El Gobierno de Arabia Saudí propuso un alto el fuego en Yemen en el marco de una iniciativa de Riad para detener la escalada de la violencia y los ataques que en las últimas semanas los hutíes han lanzado contra territorio saudí.
En la noche del jueves un nuevo ataque con drones fue lanzado por los insurgentes, que tuvieron como objetivo por primera vez los recintos de dos universidades en el sur del reino, según la agencia de noticias oficial saudí SPA.
Los seis drones fueron destruidos por las defensas aéreas de Arabia Saudí y no provocaron víctimas, como en la mayor parte de las ocasiones.
El conflicto del Yemen estalló en 2014, cuando los rebeldes hutíes conquistaron amplias zonas del oeste y el norte del país, incluida su capital, Saná, lo que se agravó en 2015 con la intervención de una coalición de varios países encabezada por Arabia Saudí, en apoyo del Gobierno reconocido internacionalmente.
La ONU considera que la contienda ha causado la peor catástrofe humanitaria del planeta, con más de 24 millones de personas o el 80 % de la población del país necesitada de algún tipo de asistencia.