“Vinimos para pedir que retiren la oferta de bloques en la Amazonía. Explorar petróleo allí va contra los esfuerzos globales para combatir el cambio climático”, dijo el activista Marcelo Laterman, miembro de Greenpeace.
Congregados a las puertas de la sede de la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles de Brasil (ANP), los activistas exhibieron pancartas en las que se leía “Petróleo en la Amazonía, No” y “ANP, no a la venta de la Amazonía a las petroleras”.
Greenpeace, que lleva meses realizando una campaña contra perforaciones en pozos ultraprofundos de petróleo en la desembocadura del río Amazonas, aseguró que la ANP quiere licitar 40 bloques de petróleo en la selva amazónica, algunos en áreas indígenas no demarcadas.
“La mayor amenaza es un derrame de petróleo, que contaminaría ríos, árboles, animales y causaría daños irreversibles”, agregó Laterman.
Brasil produce en la actualidad unos 2.5 millones de barriles diarios de crudo, incluyendo petróleo, gas y derivados, y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que esta cifra alcance los 3.7 millones para 2020 y los 5.37 millones en 2040, lo que situará al país entre los diez mayores productores mundiales.
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, ya dijo que quiere expandir las actividades económicas en la Amazonía, salir del Acuerdo de París sobre el cambio climático y “acabar con la industria de la multa medioambiental”.