Gobierno alemán de Gran Coalición registra fuerte crisis

21 de Junio de 2018
Guardar
gobierno-aleman-de-gran-coalicion-registra-fuerte-crisis
gobierno-aleman-de-gran-coalicion-registra-fuerte-crisis
Berlín, 21 Jun (Notimex).- A 100 días de su formación, el gobierno de Gran Coalición de tres partidos que encabeza la canciller federal de Alemania, Ángela Merkel, se encuentra en una fuerte crisis.

El problema no es, paradójicamente, con el Partido Socialdemócrata (SPD), sino con el partido hermano de la CDU (Unión Demócrata Cristiana de Alemania), la CSU (la Unión Social Cristiana de Baviera).

La CSU quiere asumir desde una posición “democrática” frente al país las demandas y las ideas del partido populista de extrema derecha, Alternativa por Alemania (AfD).



El problema de fondo es electoral, ya que la CSU no quiere ceder un solo voto a ese partido, que actualmente es la tercera fuerza política del país, va en ascenso a nivel nacional y también amenaza con quitarle mayoría electoral a la CSU en Baviera.




No fue fácil llegar a un acuerdo para formar la Gran Coalición entre CSU/CDU y el SPD. Las elecciones fueron el 24 de septiembre de 2017 y el pacto de gobierno para una Gran Coalición se firmó el 12 de marzo del 2018. Es la tercera reelección de la canciller federal, Angela Merkel. 100 días después, el balance es magro.

Merkel ha sido considerada durante años la mujer más poderosa de Europa. Una revisión de los últimos dos años, agotando su tercera legislatura y empezando su cuarta, da la sensación que la alemana ha perdido popularidad a nivel nacional a causa de su actuación durante la crisis de los refugiados.

En el exterior sigue siendo muy valorada. En Europa, sólo el presidente francés, Emanuel Macron, se acerca al nivel de Merkel para asumir liderazgo en la Unión Europea.

Desde el SPD, su líder, Andrea Nahles, declaró recientemente que desde hace 100 días los socialdemócratas están aplicando el contrato de la Gran Coalición paso a paso porque “es su orden y guía”.

El acuerdo de la gran coalición llevaba el título de “Un nuevo cambio en Europa”. “Esto es lo que esperamos del documento y asumimos las responsabilidades derivadas de él”, comentó Nahles esta semana.

La realidad es que de todo el gabinete de Merkel, prácticamente sólo el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, es quien más se está perfilando por sus posicionamentos claros frente a la política del presidente estadunidense Donald Trump y por su papel en las negociaciones sobre Ucrania Oriental en el marco del formato de Normandía (Ucrania, Rusia, Alemania, Francia).

El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, quien este jueves participa en la reunión de ministros de la Eurozona, es otro de los nombres socialdemócratas que más titulares han recibido, pero por ahora sin grandes resultados.

Desde las filas más jóvenes de los socialdemócratas, Kevin Kühnert, presidente de Juso (Jóvenes Socialistas dentro del SPD), habla abiertamente del hecho que se han “agotado” los puntos en común con el CSU.

Esta fue la premonición que acompañó al SPD desde el principio de las negociaciones para la Gran Coalición. La distancia entre el SPD y el CSU ha sido grande desde siempre pero ahora lo es más.

En materia de migración, se registra también un cada vez más claro desacuerdo entre los dos partidos hermanos, el bávaro CSU y el federal CDU. Pero este mes de junio el conflicto ha crecido de forma exponencial entre CDU-CSU hasta llegar al punto de temerse una ruptura de la Gran Coalición, 100 meses después de su nacimiento.

Merkel (CDU) apuesta por una política migratoria europea consensuada, mientras que el ministro de Interior y exministro presidente de Baviera, Horst Seehofer (CSU), pide expulsiones automáticas de inmigrantes en la frontera, tanto si son reincidentes como si, de acuerdo con el pacto de Dublin III, ya han sido registrados en otro país de la Unión Europea (UE).

Seehofer aboga por acordar políticas migratorias bilaterales entre los estados miembro.



Otro tema que ha distanciado a Berlín y Munich ha sido el anuncio conjunto de un fondo financiero común europeo, un colchón que debería permitir reaccionar de forma rápida y a nivel comunitario ante situaciones de crisis económica aguda en algún país de la zona euro.




El anuncio lo hicieron la canciller federal alemana y el presidente francés esta semana desde la residencia de huéspedes del gobierno alemán en Meseberg.

Horst Seehofer, presidente de la CSU, y Markus Söder, el nuevo ministro presidente de Baviera, la critican por no haberlos consultado antes de acordarlo con Macron.

Para la mayoría de los expertos, no se augura una muerte temprana de la Gran Coalición. Torsten Krauel, experto en política del diario Die Welt, comenta que la cúpula del CSU es muy consciente de los límites; “se trata de un juego de poder, pero saben hasta donde pueden llegar”. Krauel está convencido que la coalición sobrevivirá 100 días (...) y cuatro años más.

Entre los puntos positivos se cuenta una medida del Ministerio de Salud: los 56 millones de asegurados (empleados y pensionistas)reducirán sus pagos mensuales en seis mil millones anualmente a partir del 2019.

Por otro lado, se incrementarán a partir del año que viene las cuotas del seguro para el cuidado de discapacitados y ancianos seniles.

En finanzas, el ministro Scholz ha aprobado incrementar en diez euros mensuales el dinero que reciben las familias por niño, actualmente 194 euros por criatura.

También se prevé aumentar la pensión de aquellos que han cotizado un mínimo de 35 años y que paralelamente han cuidado de sus hijos/as o de familiares necesitados.

Desde la oposición, Christian Lindner, presidente del Partido Liberal (FDP)pidió organizar una conferencia sobre el tema de la migración con todos los partidos para buscar el consenso e ideas y soluciones concretas. Como miembro de la oposición, ataca mucho a Merkel.

“Las últimas elecciones no fueron elecciones parlamentarias, sino un plebiscito sobre la política migratoria”, dijo Lindner este jueves en Berlín.

Para el líder de los liberales, con el cual Merkel llevó a cabo negociaciones crear una coalición junto con Los Verdes, la Gran Coalición se dedica a “hacer política con dinero y a comprar así el acuerdo de los ciudadanos”.

Jan Korte, del partido de izquierda Die Linke, criticó que el gabinete de Merkel no se preocupe por los pensionistas pobres y calificó el carácter de la gran coalición de “teatro de monos”.

Desde el partido de derecha AfD, Alexander Gauland describió la gran coalición como “pelea continúa y falta de acuerdo”.



El líder de Los Verdes, Robert Habeck, hizo referencia al acercamiento de Seehofer a argumentos propios del AfD: “quien se dedica a repetir las tesis de los populistas de derecha, los convierte en aceptables y plausibles”.




El juego de poder entre CDU-CSU se mantendrá como mínimo hasta el 14 de octubre, cuando Baviera celebra elecciones en el Parlamento.

Seehofer teme que el partido AfD ingrese en el hemiciclo regional por primera vez y le robe la mayoría absoluta. Quizá entonces, una vez el CSU vea reforzada su posición de poder en una de las regiones más ricas del país, se estabilizará la relación entre las dos formaciones conservadoras.

Pero la primera cita importante que la CSU le ha marcado a Merkel es el 1 de julio, cuando se reúne la cúpula del partido bávaro y evaluará si la canciller federal ha hecho los deberes que le impuso en materia migratoria o no. Los patos les tiran a las escopetas.

La tarea es acordar una política europea de migración y establecer acuerdos bilaterales con los países europeos en los que los refugiados hayan solicitado por primera vez el otorgamiento del derecho de asilo. De esa manera, Alemania los podría regresar de inmediato. Lo que la CSU persigue es la deportación inmediata en la frontera.