Tegucigalpa, 30 nov (EFE).- La temporada de huracanes en el Atlántico que finaliza este lunes ha sido de las más fatales para Honduras después del huracán Mitch, en 1998, que dejó al país en la ruina total y con más de 5.000 muertos.
Este año, durante la temporada, que se inició el 1 de junio, Honduras sufrió los efectos de los huracanes Eta, categoría 4, de 5, en la escala Saffir-Simpson, y Iota, categoría 5, que entraron al país convertidos en tormentas tropicales, después de haber causado severos daños en Nicaragua.
En menos de dos semanas, en la primera quincena de noviembre, Eta y Iota dejaron intensas lluvias, en mayor grado en el occidente y norte de Honduras, con muchos municipios, aldeas y caseríos incomunicados por severos daños en puentes y carreteras primarias, secundarias y terciarias.
El extenso fértil valle de Sula, en el norte del país, quedó cubierto de agua por las descomunales precipitaciones, que causaron el desbordamiento de ríos caudalosos como el Ulúa y Chamelecón, que nacen en el occidente.
Los dos fenómenos naturales también dejaron mucha destrucción en el resto del país, con muchas comunidades que todavía siguen incomunicadas por la destrucción total o parcial de puentes o carreteras y enormes derrumbes, como uno que sepultó toda una aldea en el departamento de Santa Bárbara, en el occidente.
Hasta ahora, según informes preliminares, Eta y Iota dejaron alrededor de un centenar de muertos, más de 3,5 millones de personas afectadas y miles de damnificados, en su mayoría en el norte, principalmente en el valle de Sula, donde todavía hay partes inundadas y otras con grandes acumulados de lodo y todo tipo de basura, en un ambiente de mucha pestilencia.
Analistas calculan en unos 10.000 millones de dólares las pérdidas económicas que provocaron Eta y Iota.
Algunos damnificados se han ido de los albergues para ir a limpiar sus casas, que quedaron algunas total o parcialmente cubiertas de agua.
Las labores de limpieza, removiendo lodo, escombros y todo tipo de basura en barrios enteros de ciudades importantes como San Pedro Sula, La Lima y El Progreso, entre otras vecinas, en aldeas y caseríos continúan hoy, con apoyo de maquinaria de alcaldías, empresas privadas, organismos de socorro, militares, policías y personas particulares para volver a una relativa normalidad.
DESPUÉS DE LAS LLUVIAS, UN FRENTE FRÍO
La temporada de huracanes termina hoy, pero la amenaza de nuevas lluvias e inundaciones, principalmente en el Caribe, norte y occidente del país, continúa por la llegada de un frente frío que, en algunas regiones altas del país, como la central, donde se localiza Tegucigalpa, descenderá el termómetro hasta los 5 o 7 grados centígrados.
La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) indicó hoy que el martes entrará un frente frío que tendrá mayor incidencia en los departamentos de Islas de la Bahía, Cortés, Atlántida y Yoro, norte del país, con precipitaciones que oscilarán entre los 50 y 100 milímetros que causarán crecidas de ríos y quebradas.
El organismo de protección civil indicó que el temporal afectará al país, cuyo suelo quedó altamente saturado de agua, durante unas 48 horas.
Además, instruyó a las capitanías de puerto restringir las salidas de embarcaciones en el Caribe.
La temporada de frío en Honduras se extenderá hasta febrero, según pronósticos de meteorólogos.
Finaliza una temporada de huracanes que ha sido fatal para Honduras
30
de Noviembre
de
2020
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