El exceso de burocratismo es un obstáculo para el desarrollo

Por Dixie Edith ([email protected])

NOTICIAS SEMLAC
06 de Noviembre de 2023
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El exceso de burocratismo es un obstáculo para el desarrollo. Foto: Ilustrativa/ SEMLAC Cuba.
El exceso de burocratismo es un obstáculo para el desarrollo. Foto: Ilustrativa/ SEMLAC Cuba.

La Haya, noviembre (SEMlac).- Superar los modelos de cooperación tradicionales y buscar modalidades de financiamiento más flexibles y eficientes para las organizaciones de la sociedad civil, fueron reclamos de panelistas y participantes de la Conferencia sobre configuración de la política exterior feminista, celebrada esta semana en La Haya, Países Bajos.

"El activismo feminista sigue siendo la forma de trabajo menos reconocida y menos compensada en la actualidad. Nos encanta glorificar el sufrimiento de las activistas sobre el terreno, sin realmente apoyarlas", dijo Anisha Chugh, directora ejecutiva de Women's Fund Asia, un fondo con sede en Sri Lanka y Australia que apoya a grupos y colectivos liderados por mujeres, niñas y personas trans e intersexuales, en más de 18 países

"Cuando hablo de apoyo me refiero a los recursos, a la financiación. Quiero decir que el dinero es un punto crítico", precisó Chugh, una de las mujeres designadas como embajadora de la Conferencia de La Haya.

Para garantizar que se puedan alcanzar los objetivos de la política exterior feminista es necesario un cambio en las modalidades de financiación, coincidieron panelistas durante la sesión de trabajo dedicada al financiamiento de organizaciones de derechos de las mujeres y movimientos feministas.

En ese sentido, Happy Mwende Kinyili, codirectora ejecutiva de Mama Cash, uno de los fondos internacionales más antiguos entre los que canalizan apoyo financiero para la agenda de género, valoró la necesidad de que los bancos y las organizaciones donantes flexibilicen el control sobre los recursos.

Las organizaciones de la sociedad civil, y sobre todo aquellas que promueven los derechos humanos, trabajan bajo fuego, en condiciones muy difíciles y, muchas veces, con riesgo para la vida de las activistas. En ese contexto, el exceso de burocratismo es un serio obstáculo al desarrollo, se reconoció en la Conferencia.

"¿Por qué se exige rendición de cuentas cuando los fondos se destinan a personas negras para sobrevivir, pero no cuando se destinan al ejército y causan daño a estas comunidades?", se preguntó Mwende.

Para ella, un desafío esencial es reflexionar sobre los problemas de confianza y los sesgos profundamente arraigados y colonialistas en los mecanismos de financiación para el desarrollo.

El debate no es nuevo y se ha intensificado con el agravamiento de la situación económica global. En noviembre de 2022, durante la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en Buenos Aires, Argentina, uno de los eventos paralelos abordó precisamente las políticas de cooperación para el desarrollo.

El enfoque feminista cuestiona las estructuras de poder, incluida la del financiamiento y de los programas de cooperación tradicionales para avanzar hacia el logro de los objetivos de la Agenda 2030 y la Agenda Regional de Género, comentó entonces Ana Güezmes, directora de la División de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Sin embargo, a nivel global, mujeres, jóvenes y niñas se ven afectadas de forma desproporcionada por las consecuencias directas e indirectas de la crisis prolongada derivada de la pandemia de covid-19 y por el agravamiento de la situación económica y social del mundo, apuntó, por su parte, José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la Cepal.

Un año después, la situación ha cambiado poco. "En casi todo el mundo se está produciendo un incremento significativo de los costos de servicios esenciales como transporte, combustibles, agua… que son empleados, en primer lugar, por las mujeres, por lo que el tema de la financiación al desarrollo ocupa un lugar esencial en la agenda", ratificó Mwende en el encuentro de los Países Bajos.

"Las organizaciones feministas estamos listas para recibir financiamiento y hacerlos funcionar, pero tiene que ser sobre la base de la confianza", insistió.

Una parte de la solución tiene que ver con la manera de medir el cambio que se espera y con entender que la desigualdad de género es estructural, está profundamente arraigada en la cultura y, por tanto, quienes controlan los recursos tienen que tener una idea más realista de lo que se puede transformar en el corto plazo, trascendió en el encuentro.

Mientras ese cambio llega, para Mónica Alemán, directora del Programa Internacional para el trabajo de Justicia de Género, Racial y Étnica en la Fundación Ford, uno de los principales desafíos es que las organizaciones tengan los recursos necesarios para cumplir los requisitos que demandan los donantes y las legislaciones de los países donde operan.

"Hoy la ley que regula a las ONG dice algo y mañana puede decir otra cosa, y las organizaciones de la sociedad civil están invirtiendo gran cantidad de tiempo y recursos en lograr cumplir con esas normas", explicó a SEMlac.

En su opinión, la Fundación Ford ha hecho dos cosas para apoyarlas en ese camino: flexibilizar el monitoreo de los recursos y que los indicadores del cambio los establezcan las propias organizaciones con las que trabajan.

"Somos mucho más flexibles que otros donantes en lo que significa un indicador de éxito. Más que demostrarnos que cien niñas no salieron embarazadas, aunque claro que eso también es importante, nos interesa el proceso que llevan como organización en busca de disminuir el embarazo adolescente, por poner un ejemplo", detalló Alemán.

"Puede ser que no llegaste a la totalidad del objetivo, pero lograste dar un paso, dos, tres pasos; eso es importante para nosotros", insistió.

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