Las autoridades de Bélgica retiraron el pasado 8 de marzo el permiso de operar a una planta de la compañía belga Veviba tras constatar la falsificación de la fecha de congelación y otras irregularidades en más del 50 por ciento de los productos controlados.
Como principal problema, se apuntó que la compañía reemplazaba las etiquetas en la carne congelada por otras con fechas más recientes.
Esta maniobra representa un riesgo potencial para los consumidores, especialmente para aquellos que consumen carne cruda, afirmó la Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria (Afsca) de Bélgica.
Además del fraude, el caso está llamando atención de la prensa belga por la manera como la Afsca lo ha tratado.
El registro a las instalaciones de Veviba se enmarca en una investigación iniciada en septiembre de 2016 tras una queja de las autoridades de control fitosanitario de Kosovo.
La queja venía del descubrimiento de la llegada a Kosovo de un lote de carne de vacuno de Veviba producida hace 12 años y exportada con etiquetas adulteradas.
La Afsca admitió que fue informada del problema ese mismo mes (septiembre de 2016) y dijo que abrió inmediatamente una investigación.
Sin embargo, no fue hasta febrero pasado que se registraron las instalaciones de la compañía productora en Bélgica.
“¿Por qué el juez encargado necesitó más de un año y medio para efectuar un registro, teniendo en cuenta la información relacionada con el intento de exportación de carne averiada a Kosovo?”, se preguntó el ministro belga de Agricultura, Denis Ducarme, ayer lunes, ante el Parlamento federal.
Veviba era el principal proveedor de carnes de dos de las mayores redes de supermercados belgas, Delhaize y Colruyt, que tras el escándalo han retirado sus productos de las estanterías.
Delhaize ha decidido romper su contrato con Veviba, mientras que Colruyt ha suspendido el suyo.
El caso sale a la luz seis meses después del escándalo de los huevos contaminados con Fipronil, un insecticida de uso prohibido en la cadena alimentaria en la Unión Europea.