Denver (CO), 30 sep (EFE News).- En Colorado, donde la población eligió al primer gobernador abiertamente gay del país (Jared Polis), la comunidad latina LGBTQ en las zonas rurales del suroeste del estado enfrenta dificultades para acceder a cuidados de salud y otros servicios debido a los “espacios blancos” en esas áreas, revela un nuevo estudio.
El reporte, difundido este jueves por la organización no lucrativa The Colorado Trust, encontró que los “espacios reclamados por los blancos como propios” restringen el acceso de latinos y de nativos (LGBTQ o no) a hospitales y clínicas, escuelas, negocios e iglesias.
El estudio, realizado este año en respuesta al impacto de la pandemia de covid-19, se enfocó en nueve condados, muchos con nombres en español (Archuleta, Delta, Dolores, La Plata, Montezuma, Montrose, Ouray, San Juan y San Miguel) debido a que allí llegaron los primeros españoles y mexicanos a finales del siglo 16 y a que esa zona perteneció a México hasta 1848.
Y aunque los hispanos representaron durante siglos a la mayoría de los habitantes del área, durante los últimos cinco años se ha producido un importante cambio demográfico, según datos del Buró del Censo, por lo que en algunas ciudades (como Durango) casi 90 % de los residentes son blancos, mientras que en las zonas rurales adyacentes los hispanos y los nativos siguen siendo mayoría.
“Existe la idea equivocada de que esta comunidad es una comunidad de blancos. De hecho, se trata de una importante comunidad de indígenas y de latinx. Muchos de ellos no se sienten cómodos yendo a espacios de blancos”, asevera el informe.
Esa situación afecta a todas las personas de color (BIPOC, en inglés), pero aun más a las personas nativas y latinas LGBTQIA+, tanto jóvenes como adultos, quienes debido a sus “múltiples identidades marginalizadas” “frecuentemente no son bienvenidas” a los lugares que ofrecen servicios que necesitan.
“Tenemos que normalizar nuestras familias y nuestra existencia. Deberíamos ser capaces de vivir felices porque no lastimamos a nadie. La verdad es que si no le permites a alguien que exprese quién es lo lastimas”, comentó Xavier Sáenz, quien reside en la localidad de Delta y comenzó su transición en 2017, en declaraciones incluidas en el reporte.
“Merecemos los mismos derechos humanos básicos y hasta que los obtengamos debemos hablar de este tema porque simplemente salva nuestras vidas”, agregó.
Como consecuencia de esos “espacios blancos”, los latinos LGBT del suroeste de Colorado (aproximadamente 5 % de la población local) experimentan desafíos que los latinos LGBT de Denver y otras ciudades del estado no enfrentan.
Por ejemplo, en el suroeste de Colorado los latinos LGBT tienen menos probabilidades que el resto de la población de obtener cobertura médica y encontrar un profesional de la salud que los atienda. A la vez, tienen más probabilidades que los otros grupos de ser diagnosticados con ansiedad o depresión y de pensar en suicidarse.
Y son víctimas de violencia o acoso más frecuentemente que los LGBT no latinos. La situación se complica para los adolescentes latinos LGBT que asisten a escuelas de la zona, debido a que esos planteles son altamente segregados (los blancos tienen sus propias escuelas) y a que el acoso “proviene de múltiples niveles, incluyendo estudiantes, maestros y administradores”.
Para revertir esa situación, The Colorado Trust recomienda que los subsidios a escuelas, empresas y centros de salud en zonas rurales de Colorado incluyan una cláusula de no discriminación, que los legisladores aprueben leyes para “eliminar las barreras que enfrenta la comunidad LGBTQIA+ en el suroeste de Colorado”, y que los miembros de la comunidad se capaciten como aliados de la comunidad LGBT.
Mientras tanto, el pasado 15 de septiembre, Polis se casó en una ceremonia judía en la Universidad de Colorado en Boulder con Marion Reis, su compañero durante 18 años, siendo el primer casamiento gay de un gobernador en ejercicio en la historia de Estados Unidos.