Beirut, 24 oct (EFE).- El Parlamento del Líbano llevará hoy a cabo su cuarto intento de elegir a un nuevo presidente de la República, sin expectativas de que ningún candidato obtenga apoyos suficientes tampoco en esta ocasión y a tan solo una semana de que termine el plazo constitucional para lograrlo.
El pasado jueves, la mayoría de los diputados presentes en el Hemiciclo volvieron a votar en blanco, como ya había ocurrido en la primera sesión dirigida a escoger a un jefe de Estado el 29 de septiembre, por lo que en ninguna de ellas el candidato más votado logró alcanzar el mínimo de apoyos requerido.
Michel Moawad, hijo del asesinado expresidente libanés Rene Moawad, fue ambas veces el postulante con más papeletas a favor, quedándose la semana pasada a 23 votos de lograr la mayoría necesaria para poder ser nombrado presidente del país.
Moawad cuenta con el apoyo del prominente partido cristiano Fuerzas Libanesas, pero su rival chií Hizbulá se opone a que salga elegido.
Hizbulá y sus aliados, entre los que se encuentra la formación del actual jefe de Estado, Michel Aoun, optaron por el voto en blanco en las dos sesiones celebradas hasta la fecha con este objetivo, mientras que en una tercera la votación quedó pospuesta por falta de cuórum en la Cámara.
Se espera que hoy se repita uno de estos dos escenarios, pese a que solo falta una semana para que expire el mandato de Aoun.
Paralelamente, los diferentes bloques políticos del Líbano han estado llevando a cabo consultas entre bambalinas para tratar de acordar un reparto de carteras que permita formar gobierno antes del próximo lunes, cuando se podría producir un vacío en la jefatura de Estado.
El país mediterráneo está en manos de un Gobierno interino, pues desde su designación el pasado junio el primer ministro, Najib Mikati, todavía no ha logrado perfilar un Gabinete de Ministros satisfactorio para el presidente de la República y los distintos partidos.
Un Ejecutivo interino no tiene la capacidad legal de asumir las funciones del presidente en caso de un vacío en la jefatura de Estado, por lo que el país mediterráneo podría caer en otra grave crisis política si no se logran pronto avances en al menos uno de los dos frentes.
Aoun fue elegido después de dos años sin un jefe de Estado en el Líbano a causa de desavenencias entre los diferentes grupos, que finalmente alcanzaron un compromiso en 2016 por el que la coalición rival al partido del jefe de Estado saliente cedió a su nombramiento a cambio de concesiones en el Ejecutivo.