"No quiero interrumpir ningún empleo ni posibles investigaciones policiales, pero estoy satisfecho de que el Servicio Parlamentario haya eliminado la amenaza a la seguridad de las mujeres que trabajan" en el recinto, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, Trevor Mallard, a la cadena de radio RNZ.
El líder de la legislatura ordenó una investigación interna el año pasado, en torno a denuncias de abusos, violencia y hostigamiento en el recinto legislativo.
La pesquisa, que duró cinco meses y abarcó desde octubre de 2014 hasta noviembre de 2018, analizó casos de sexismo, racismo y conductas agresivas entre empleados, gerentes, legisladores, periodistas y ciudadanos en el Parlamento, y los mecanismos que protegen a los agresores.
El dirigente legislativo señaló que para la investigación, dada a conocer la víspera, fueron entrevistados hombres y mujeres. Los resultados arrojaron que 50 personas reportaron tocamientos no deseados, y 54 denunciaron "avances sexuales no deseados".
También se contabilizaron 14 casos de abuso sexual, de los cuales tres tenían como responsable a una misma persona, que tras la difusión del informe, fue objeto de una denuncia formal por parte de una de las víctimas.
El empleado fue despedido del órgano legislativo.
Mallard señaló que estos casos fueron "asaltos sexuales graves", por lo que llamó a las víctimas a denunciar las agresiones ante las autoridades policiales.