Desigualdad económica, trasfondo de las protestas en Chile

30 de Octubre de 2019
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Manifestaciones en Santiago
Manifestaciones en Santiago
Santiago, 30 Oct (Notimex).- De Chile pueden verse cifras económicas positivas, pero su capital se distribuye de forma desigual. Ese es el trasfondo de las protestas que hemos visto en los últimos días, afirmó la socióloga Sofía Donoso Knaudt.

En entrevista exclusiva con Notimex, la académica del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile explicó que esta situación de descontento no es algo nuevo, ya que, si bien la intensidad de las protestas es más grande últimamente, la nación ha tenido por lo menos 10 años de procesos de movilización importantes.

“Hacia afuera, Chile es visto como un país muy tranquilo donde las cosas funcionan medianamente bien, las cifras macroeconómicas funcionan bien, hay cierta estabilidad política, etcétera. Eso obviamente es cierto, pero detrás de toda esa estabilidad aparente también hay mucho malestar”, destacó.

Además, en el fondo se conjugan distintas demandas que han estado articulándose durante muchos años. En general lo que más ha generado descontento es la demanda por una educación equitativa, gratuita y de calidad, como se manifestó con el movimiento estudiantil y su gran estallido en 2011.

“También hemos tenido un movimiento muy importante que ha planteado una profunda crítica al sistema actual de pensiones porque la gente se jubila y no tiene como vivir, también demandas por salud, todo el tema de la privatización del agua, porque hemos tenido una gran sequía este año acompañada de una emergencia agrícola, entre otros problemas”, dijo la académica.

Indicó que el alza en el precio del metro tan solo fue el detonante para que, primero los jóvenes y estudiantes, y luego personas de todos los sectores de la sociedad, salieran a las calles a protestar.

Son muchas demandas que de una u otra manera se conjugan en esta gran movilización social, que como característica especial no es protagonizada por un actor único que la lidere o conduzca, sino por todos los chilenos.

Donoso reconoció que para el gobierno también es complicado tratar de salir y solucionar la situación, debido a que no se puede sentar a negociar una demanda en particular.

“Hay un trasfondo común que es el alto costo de vida y la dificultad que tiene el ciudadano chileno promedio para llegar a fin de mes con su salario. Al mismo tiempo tenemos el salario bastante bajo y la gente sabe que simplemente no llega a fin de mes”, manifestó.

Este estallido también ha sido a causa de que los chilenos tienen un acceso muy alto al crédito, “entonces muchas familias se dan vuelta económicamente al fin de mes porque se endeudan y esto genera una situación de agobio muy grande”.

Por todo esto, explicó la socióloga, debemos considerar que se trata de un proceso que se viene generando desde hace mucho tiempo. No surge de la nada. Son muchos tipos de abusos en distintos ámbitos de política pública que se conjugan. En el fondo se trata de demandas por derechos universales en educación, salud, pensiones, tarifas de luz, transporte, entre otros.

“El gobierno hizo un poco el ‘ridículo’ cuando salió a intentar apropiarse de la marcha, o por lo menos despolitizarla en el sentido de hacerla ver como una marcha que era contra todos los políticos y todas las desigualdades. Eso no es así, sino que fue por el descontento del manejo del gobierno de esta crisis y el rol de los militares, del estado de emergencia, del toque de queda, etcétera”, dijo.

Precisó que volver a vivir un toque de queda y un Estado de Emergencia ha sido muy fuerte para los chilenos en cuestión de democracia. También lo fue tener las calles militarizadas, más todos los casos de abuso.

Por todo ello, Donoso destacó el que los chilenos hayan pasado "de una aparente normalidad a un estado de emergencia y una cantidad de denuncias y violaciones a los derechos humanos”.

En su opinión, a partir de esta crisis política tendrán que generarse reformas. Se precisa una profunda reforma a las fuerzas policiales y militares, “porque realmente la cantidad de abusos en las muertes que hemos tenido en tan solo unos días es tremenda. Creo que vamos a tener una nueva comisión de verdad y justicia, y queremos que se aclare todo el hecho”.

La académica festejó la decisión de la expresidenta Michelle Bachelet de enviar desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una comitiva para apoyar en el proceso de revisión de violaciones a los derechos humanos.

Asimismo, comentó que todo ese conjunto de hechos motivó a más de un millón de personas a salir a las calles el 25 de octubre para protagonizar una tremenda marcha en Santiago, y también en otros lugares como Valparaíso.

“Las primeras medidas que tomó el gobierno la semana pasada claramente no fueron suficientes para calmar los ánimos, la muestra es que dos días después salieron más de un millón a las calles. Esas medidas no convencieron a nadie. Resulta complicado porque en el fondo se requiere una respuesta bien radical que realmente haga hincapié en las reformas estructurales”, sentenció.

Añadió que es importante destacar que el gobierno de Sebastián Piñera es de derecha, por lo que no está en su agenda e ideología transformar los pilares de la educación y salud. Es un gobierno que claramente cree en su modelo y se ha enfrentado a un tremendo movimiento social que le exige adaptarse a una nueva lógica de derechos universales.

“El gobierno está en una encrucijada tremenda porque en el fondo vamos a ver qué anuncia. Está siendo obligado a implementar políticas públicas que no están acorde con su visión ideológica”, resaltó la académica de la Universidad de Chile.

Ante la fragilidad del sistema democrático de Chile, agregó, “la gente se va a seguir movilizando porque ahora tenemos mucha desconfianza y en el fondo en Chile siempre se habla de la letra chica. Muchas veces se ofrecen demasiadas cosas y después siempre en la letra chica del contrato se invierte, o en el fondo se apacigua la medida en cuestión”.

En general hay mucha desconfianza con este presidente, la ciudadanía está bastante cansada. La semana pasada fue agotadora. La gente en la vida cotidiana tuvo que lidiar con colegios cerrados, universidades y comercios. Santiago estuvo prácticamente parado, precisó.

“A eso se le suma todo el desgaste emocional. Entonces quizás en lo inmediato cueste protestar un poco más, pero yo creo que sí hay ánimos de seguirse movilizando para generar un cambio. También se ha venido instalando en Chile una sensación de que si uno no se moviliza en el país no pasa nada”, subrayó.

Donoso puntualizó que en Chile los hechos han demostrado que, si la gente se moviliza, las cosas cambian. Así fue en 2011 con los estudiantes. Sin embargo, el país cuenta desafortunadamente con un sistema político que no favorece la participación ciudadana y los movimientos sociales. Hay mucha desconfianza y desconexión entre la clase política y la ciudadanía.

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