"La Ley Hatch existe para evitar que el Gobierno se convierta en un brazo de campañas políticas, es una ley anticorrupción que prohíbe el uso indebido de recursos y cargos públicos", dijo hoy en Twitter el representante demócrata por Virginia Don Beyer.
"El Gobierno se supone que debe trabajar para el pueblo, no sólo para una persona, y para eso tenemos la Ley Hatch", agregó el legislador en referencia al presidente Donald Trump y sus aspiraciones a ser reelegido para otro mandato de cuatro años.
La Convención Republicana, durante la cual Trump aceptará oficialmente la candidatura presidencial este jueves, tuvo el martes algunos actos retransmitidos desde la Casa Blanca, así como una inusual participación del secretario de Estado, Mike Pompeo, desde Jerusalén, donde se encontraba de visita oficial.
La profesora de leyes de la Universidad de Michigan Barb McQuade aseguró que dicha ley, establecida desde 1939, prohíbe el uso de propiedades del Gobierno en actividades políticas partidistas, y que, pese a que el presidente "está exento, todos los demás empleados, incluido Chad Wolf, no lo están".
McQuade se refería a una ceremonia transmitida en la Convención y en la que el secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, participó junto a Trump para dar la nacionalidad estadounidense a cinco inmigrantes que, según el gobernante, "obedecieron las leyes".
"(Fue) burlar la ley en directo por televisión fingiendo apoyar la ley y el orden", agregó McQuade.
El portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere, había asegurado unas horas antes que los actos de la Convención, independientemente de donde se celebrasen, habían sido planeados por el Comité Nacional Republicano y por la campaña de Trump.
"Cualquier empleado del Gobierno que pueda participar lo hará de conformidad con la Ley Hatch", había asegurado.
Sin embargo, la intervención de Pompeo, que rompe la tradición de que el secretario de Estado no participa en actos de política partidista, se llevó a cabo con un discurso en video pregrabado en Jerusalén, donde se encontraba en un viaje oficial.
Antes incluso de emitirse el discurso de Pompeo, el presidente del subcomité de supervisión e investigaciones de la Cámara de Representantes, el demócrata Joaquín Castro, anunció una investigación para determinar si violaba la Ley Hatch.
En respuesta a la controversia, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, rechazó hoy las críticas y dijo que se está haciendo "mucho alboroto" y que en realidad a "nadie" le importa si la Convención viola la Ley Hatch.
"A nadie fuera del beltway (la carretera de circunvalación en torno a Washington DC) realmente le importa", dijo Meadows al medio Politico, y agregó que es lógico que Trump "promueva los valores republicanos" como hizo con los demócratas el expresidente Barack Obama cuando estuvo en el cargo.
Aparte de la intervención de Pompeo y la ceremonia de naturalización de inmigrantes, Trump también apareció en otro acto desde la Casa Blanca en el que indultó a un ladrón de bancos, mientras que el discurso de clausura de la jornada estuvo a cargo de su esposa Melania, desde la Rosaleda de la mansión presidencial.
La cadena de televisión CNN, que mencionó fuentes de la Casa Blanca, aseguró que el alcance de las actividades de la Convención se consultaron con abogados, pero que claramente estos se inclinaron por estirar en lo posible los límites éticos.
Está previsto que Trump pronuncie su discurso de aceptación de la candidatura republicana este jueves desde la explanada sur de la Casa Blanca, una actividad que difícilmente se puede considerar "oficial", pero tanto él como el vicepresidente están expresamente excluidos de la Ley Hatch.
"Casi de seguro que el presidente Trump viola la ley y las normas de su cargo al dar su discurso de aceptación en la Convención Nacional Republicana desde el jardín de la Casa Blanca, pero estamos tan acostumbrados a su comportamiento que probablemente produzca poco más que un encogimiento de hombros", decía esta semana Los Angeles Times en un editorial.