El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) indicó que existe una acelerada deforestación en esa zona del mundo, ya que en junio de 2018 la deforestación fue de 488.4 kilómetros cuadrados.
El informe publicado en la prensa local refirió que “en el acumulado de 2019, Brasil vio una reducción de aproximadamente 1.5 veces el territorio de la ciudad de Sao Paulo, dos mil 273.6 kilómetros cuadrados, es el peor registro desde 2016”.
Refirió que dentro de la comparación que se realiza cada mes, los datos mostraban una estabilidad en el primer trimestre del año, pero de abril a mayo, la deforestación dio un salto, de 247.2 kilómetros cuadrados a 735.8 kilómetros cuadrados de bosque destruido.
Los datos dados a conocer por el INPE señalan que las cifras de 2019 sólo son superadas por las de 2016, que registró, hasta junio de ese año, tres mil 183 kilómetros cuadrados de áreas deforestadas.
La semana pasada la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) se unieron para conservar, restaurar y gestionar los recursos en el mayor bosque tropical del mundo.
“Los retos de la región amazónica, como los de otros ecosistemas de gran importancia, son tanto de carácter ambiental, social, económico como cultural”, afirmó la secretaria general de OTCA, Alexandra Moreira López, durante la firma de un acuerdo con la FAO en Roma.
Refirió que la Amazonia sufre amenazas como cambio del uso de suelo, deforestación, implementación de cierta infraestructura, comercio ilegal de fauna y de flora, por lo que esta colaboración “nos ayudará a trabajar en áreas tan importantes como la gestión sostenible del bosque y sus recursos hídricos.
El territorio amazónico incluye parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana Francesa en un área de 7.8 millones de kilómetros cuadrados, en el corazón de Sudamérica. Los bosques amazónicos cubren unos 5.3 millones de kilómetros cuadrados, 40 por ciento de la superficie mundial de bosques tropicales.
Por su parte, la directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro Amazon Watch, Leila Salazar-López, criticó la política del presidente brasileño Jair Bolsonaro sobre los aspectos socioambientales.
"El ascenso del político de extrema derecha Jair Bolsonaro a la Presidencia de Brasil exacerba profundamente la crisis ambiental y de derechos humanos del país. Desde que asumió el poder, su gobierno ha recortado los estándares socioambientales que son fundamentales para preservar la integridad ecológica del Amazonas y el bienestar de los pueblos del bosque”, afirmó.
Según un reporte de la agencia de noticias turca Anadolu, la directora del grupo ambientalista sin fines e lucro mencionó que a pesar de la importancia de las selvas tropicales del Amazonas y los pueblos indígenas "están sufriendo el peor ataque en su historia" por parte de gobiernos y corporaciones que buscan beneficiarse de la devastación de "los ecosistemas terrestres con mayor biodiversidad en el planeta".
Amazon Watch es una organización sin fines de lucro fundada en 1996 para proteger las selvas tropicales y promover los derechos de los pueblos indígenas en la cuenca del Amazonas.