Cuba: Ellas ponen vida a la basura

27 de Febrero de 2018
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La Habana, febrero (Especial SEMlac).- Diana F. Bernaldez Palacios no se avergüenza de ser una recolectora de materia prima. Ella, como otras cubanas, encuentra en la recolección y el reciclaje de desechos sólidos una oportunidad para dar vida a la basura.

"Para mí es una actividad digna, estoy realizando un trabajo y librándome de una mala situación", dice ante la cámara esta ingeniera jubilada de 70 años, que reside en la capital cubana.

Bernaldez Palacios es una de las protagonistas del documental Mujeres… de la basura al bienestar, la más reciente producción del Proyecto Palomas, Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social.

Dirigido por Lizette Vila e Ingrid León, el material audiovisual reúne las voces de 13 cubanas diversas a quienes las unen sus vínculos con la ciudad, el medio ambiente y los residuos sólidos.

Artistas, jubiladas, ambientalistas, trabajadoras por cuenta propia y estudiantes comparten sus experiencias y reflexiones sobre temas como el reciclaje, la conciencia y el activismo ambiental, las políticas públicas y la justicia ambiental, el trabajo comunitario y la educación ambiental.
"Si nos representamos a las personas que se ocupan de la basura, tradicionalmente la imagen es de un hombre. No es visible la cantidad de mujeres que realizan esta actividad", opina la investigadora Norma Vasallo.

La especialista en estudios de género participó en un panel sobre el filme que reunió a artistas y especialistas en género y medio ambiente. El debate formó parte de la presentación del documental a la prensa, el pasado 23 de febrero, en La Habana.

Según especialistas, el manejo de la basura y su impacto en las vidas de las cubanas está atravesado no solo por el ordenamiento patriarcal, sino también por la pobreza, el envejecimiento poblacional y el racismo.

Maya García, de 87 años, es una mujer negra que desde los 10 años recoge basura en la capital. Ella es otra de las protagonistas del audiovisual. Cada día se levanta a las tres de la madrugada y hace todos los quehaceres de la casa antes de ir a buscar "sus laticas".

Al igual que Diana F. Bernaldez Palacios, ella colecta latas y botellas de cervezas usadas para venderlas, tanto en la red estatal como en el mercado informal. Ambas adultas mayores ven en esta actividad un apoyo al sustento familiar y una alternativa ante el bajo poder adquisitivo de las pensiones, respectivamente.

Para la académica Norma Vasallo, sin ser un ejercicio académico, la película dignifica y ofrece una mirada a la realidad social, la mostrar la diversidad de historias, escenarios, conflictos y procesos vinculados a los residuos sólidos en la capital cubana.

"El documental hace referencia a la basura, su relación con la pobreza y al rostro femenino que tiene la pobreza, también en Cuba; que es además un rostro a la vez marcado por el color", reflexionó la experta.

Entre políticas y contaminación, ellas se movilizan. Las dificultades en la recogida de basura preocupan a habitantes y visitantes de La Habana, declarada ciudad maravilla en 2016. Según datos oficiales, la capital de la isla del Caribe, con más de dos millones de habitantes, genera diariamente 23.000 metros cúbicos de desechos sólidos.

Más allá de esfuerzos y avances, persisten las limitaciones materiales y estructurales. Ecologistas reclaman mayor compromiso ambiental, pues el país cuenta con una amplia normativa; sin embargo, lo difícil es que esta se cumpla.

Dagniseli Toledano Curberlo, profesora principal en Derecho Ambiental de la Universidad de La Habana, explicó a SEMlac que la Ley 81 de 1997 establece "el derecho al disfrute de un medio ambiente sano y ese derecho comprende el derecho a estar informado, a participar en la toma de decisiones y el acceso a la justicia".

Para la jurista, el reto principal se encuentra en la conciencia y educación cívica y ambiental de la población. "En la medida en que la ciudadanía esté informada sobre cuáles son sus deberes y derechos, puede accionar en el cumplimiento de las normas", declara Toledano Curberlo.
Muchas mujeres ponen su empeño en la transformación y protagonizan intervenciones culturales, proyectos comunitarios y acciones de educación ambiental. El documental Mujeres…de la basura al bienestar muestra lo que otras investigaciones señalan: el protagonismo de las cubanas en el trabajo comunitario, su compromiso con la igualdad y la equidad.

Bien lo sabe María Gertrudis Valdés, quien coordina un proyecto ambiental con jóvenes y adolescentes del municipio Santa Fe, en el litoral noroeste de La Habana.
"Nosotras somos emprendedoras y creativas. En el trabajo comunitario son fundamentales las abuelas, las madres, las guía, las maestras", afirma la geóloga e investigadora del Instituto de Geofísica y Astronomía del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).

Proyectos comunitarios abogan no solo por la higienización y recuperación de áreas comunes y parques, también influyen directamente en la educación de la ciudadanía con la promoción de una cultura ecológica.

Se trata de poner en el centro la vida, un principio que apoya el ecofeminismo. No por gusto la realización del Proyecto Palomas se presenta como "un homenaje al ecofeminismo, que es el triunfo de una sociedad sin desigualdades ambientales para las mujeres y las participación de ellas en la edificación de un mundo ecológico".

La feminista y académica Teresa Díaz Canals celebra la realización de este filme que pone en el centro del debate la igualdad de género y el mantenimiento de la vida, a la vez que reivindica el trabajo y los conocimientos de las mujeres.
"Al tener que asumir los cuidados, hemos adquirido diversas capacidades. Y esas virtudes son importantes para el desarrollo de un movimiento ecofeminista. Podemos luchar por la igualdad entre hombres y mujeres, pero si no aprendemos a coexistir con la naturaleza, no tendremos futuro", reflexiona la filósofa.

Mujeres… de la basura al bienestar invita a pensar y actuar desde el presente hacia el futuro. En 34 minutos, el cortometraje busca generar inquietud ante la contaminación ambiental, el mal manejo de los desechos y las desigualdades sociales que revela.

Pero también dignifica el manejo de la basura, la clasificación y reciclaje como una actividad económica vital para las mujeres y sus familias, el entorno local y el desarrollo sostenible.

Desde los principios de la economía circular (reducir, reutilizar y reciclar) el filme "pretende ser un aporte para entender que la buena salud del clima se construye desde los pequeños espacios de la ciudad, su cuidado, vitalidad y bienestar", afirma el equipo de realización.

El próximo 31 de marzo será la premier la película en la capital cubana. Ante la pantalla, 13 cubanas dejarán una puerta abierta a sus aspiraciones: una capital más limpia y amigable.