“Se ha demostrado una irracionalidad en el uso del agua. El precio viene a entrar como un elemento regulador de consumo”, señaló el vicepresidente primero del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Bladimir Matos Moya.
De acuerdo con la nueva disposición, las tarifas se dividen en tres grupos fundamentales: sector productivo, sector presupuestado y sector doméstico.
Señaló que las nuevas tarifas entrarán en vigor de manera progresiva a partir del 2020 y durante el primer trimestre del año se comenzarán a aplicar en el sector productivo, mientras que en el segundo trimestre al presupuestado y por último al doméstico.
Matos Moya apuntó que “para los trabajadores por cuenta propia que laboran en locales como cafeterías, restaurantes o rentan su propia casa para hostales también les llegará la nueva normativa y formarán parte de un apartado especial, una especie de categoría en la cual no estaban reconocidos hasta ahora”.
“En el sector doméstico se estableció un rango de consumo superior al avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asamblea General de Naciones Unidas (entre 50 y 100 litros diarios por habitantes), que fluctúa entre los 100 y 150 litros diarios por persona y que justifican los precios mínimos para el consumo de 3 a 4.5 metros cúbicos per cápita al mes”, precisó el diario Granma.
Matos Moya explicó que debido a la imposibilidad de medir cada apartamento en los edificios multifamiliares, se dispuso la colocación de un metrocontador en la cisterna, que calculará el volumen de agua consumido, el cual se dividirá en el número de habitantes del inmueble para determinar el consumo medio por persona y establecer el pago.
Reportes de prensa refirieron que, hace unas semanas, habitantes de La Habana realizaron una protesta por la falta del líquido. Los ciudadanos paralizaron el tráfico para denunciar “abusos” del gobierno.
El mes pasado el gobierno de Rusia indicó que financiaría, con un millón de dólares, un proyecto para abastecer del vital líquido a Santiago de Cuba a partir del 2021, con el cual se pretende beneficiar a 400 mil habitantes de la ciudad, a 35 mil en el municipio de Guamá y 30 mil de El Caney, que sufren problemas de acceso al agua.
“El proyecto permitirá, además, fortalecer las capacidades de gestión del gobierno, de las instituciones administrativas y el sector empresarial local, para elevar la resiliencia contra la sequía, integrando la agenda de adaptación al cambio climático y reducción de riesgo de desastres”, dijo la representante en Cuba del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD), Maribel Gutiérrez.