París, 13 oct (EFE).- Los trabajadores de la refinería de ExxonMobil en Fos-sur-Mer, en el sureste de Francia, una de las más importantes del país, votaron este jueves poner fin a la huelga que la mantenía paralizada, junto a otras, desde hace varios días, lo que estaba provocando problemas de aprovisionamiento en gasolineras.
La decisión se produjo después de que el sindicato CFDT en la refinería alcanzara un acuerdo de subida salarial con la dirección, pacto que no era aceptado por otro sindicato, CGT, que estuvo en el origen de la convocatoria de la huelga.
Además, el Gobierno francés había ordenado una movilización forzosa de trabajadores de dos depósitos de combustible para afrontar la crisis de desabastecimiento que afecta a buena parte del país.
Una medida que afecta a la otra refinería de la estadounidense ExxonMobil, en Normandía, pero también a cuatro de TotalEnergies, en las que los trabajadores han votado proseguir con los paros y donde la dirección se niega a negociar mientras no se vuelva a la actividad.
En paralelo, el grupo petrolero galo, dueño de cuatro de las seis refinerías afectadas por la huelga, propuso un incremento salarial del 6 % en Francia y una prima excepcional a sus trabajadores de todo el mundo equivalente a un mes de salario, para hacerles partícipes de los beneficios extraordinarios publicados en sus cuentas.
La CGT exige una subida del 10 % para compensar las pérdidas de poder adquisitivo de la inflación y beneficiarse de los ingresos excepcionales de los últimos meses.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, exigió en una entrevista radiofónica que el sindicato se siente a negociar y a TotalEnergies que suba el salario de sus empleados, algo que el Ejecutivo francés ha extendido a todas las grandes empresas que han incrementado sus beneficios en los últimos meses.
Un 30 % de las gasolineras del país tiene problemas de suministro, según los datos del Gobierno, una situación muy diferente según regiones, ya que es más acuciante en la región norte y en la de París.