Ankara, 11 Ene (Notimex).- Se cumplieron 100 días de la muerte del periodista Jamal Khashoggi, un caso que dio un golpe seco al gobierno de Arabia Saudita y por el cual 11 sospechosos están siendo procesados. Sin embargo, hasta ahora se desconoce quién está detrás de su asesinato y el destino de su cuerpo.
Activistas de Amnistía Internacional (AI) exigieron en el centésimo día del crimen una investigación internacional independiente del caso frente al Consulado de Arabia Saudita en la ciudad turca de Estambul, en cuyo interior ocurrió el asesinato de Khashoggi el pasado 2 de octubre.
Pero también en Washington se marcó el tiempo que ha pasado desde el asesinato con un evento bipartidista al que se unieron amigos y periodistas del diario The Washington Post, para el cual Khashoggi colaboraba como columnista de opinión.
El caso se convirtió en un escándalo internacional porque se trataba de un fuerte crítico de la corona saudita asesinado en el consulado de Riad por un comando de ese país, integrado por 15 personas que llegaron a Estambul ese mismo día y más tarde salieron de Turquía, según las primeras pesquisas turcas.
Las autoridades de Turquía arrancaron la investigación luego de que la futura esposa de Khashoggi, Hatice Cengiz, denunció que el columnista ingresó a la representación diplomática saudita para realizar trámites para casarse, pero que nunca salió del complejo, en cuyo exterior ella lo había esperado por horas.
Los investigadores turcos revelaron imágenes de las cámaras de seguridad que confirmaban que Khashoggi entró al consulado, al cual poco después ingresaron vehículos diplomáticos en los que presuntamente viajaba el comando de agentes sauditas, y fue entonces cuando Ankara denunció su asesinato.
Khashoggi fue por décadas asesor del gobierno saudita, pero el año pasado huyó del país y se exilió en Estados Unidos, donde comenzó sus colaboraciones para The Washington Post, en particular con críticas hacia el gobierno saudita, principalmente del príncipe heredero Mohammad bin Salman.
El periodista de 59 años, quien temía ser arrestado por sus discrepancias con el príncipe que sucederá al rey Salman, visitó el consulado en Estambul el 28 de septiembre para hacer los trámites que necesitaba, pero le dijeron que tendría que regresar el 2 de octubre, cuando fue visto por última vez.
Antes de entrar, Khashoggi le dio dos teléfonos móviles a Cengiz y le dijo que si no regresaba llamara a un asesor del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y fue el propio mandatario quien posteriormente denunció por primera vez que se trató de un asesinato planificado.
Las investigaciones turcas revelaron que el periodista fue asesinado en el edificio, pero por más de dos semanas Arabia Saudita negó sistemáticamente cualquier conocimiento sobre su destino, incluso el príncipe heredero declaró que Khashoggi había dejado el consulado “después de unos minutos o una hora”.
Sin embargo, el 20 de octubre, la Fiscalía saudita admitió que Khashoggi murió en el consulado en una pelea a puños, pero después afirmó que falleció estrangulado al resistirse a ser trasladado a Riad, y más tarde dijo que fue asesinado en una "operación deshonesta" por orden de un oficial de inteligencia.
Las explicaciones contradictorias de funcionarios sauditas continuaron por varios días, mientras que Ankara dijo tener pruebas, incluidas grabaciones de audio, de que el exdirector general del canal Al-Arab News Channel fue torturado y murió estrangulado por órdenes de los más altos niveles del gobierno.
El 15 de noviembre, el fiscal saudita dijo que Khashoggi recibió una inyección letal tras una pelea, que fue desmembrado en el consulado y que las partes de su cuerpo fueron entregadas a un “colaborador local”, mientras los investigadores turcos señalaron que el cadáver podría haber sido disuelto con ácido.
Erdogan insistió que la orden de matar al periodista provino de los niveles más altos del gobierno saudita, aunque dijo que era poco probable que el rey Salman estuviera detrás, y afirmó que compartió las grabaciones del asesinato con Arabia Saudita, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia.
En las grabaciones, filtradas por la prensa turca y estadunidense, se escucha al cónsul general de Arabia Saudita advertir a los agentes “hagan esto afuera, van a meterme en problemas”, en tanto que las últimas palabras de Khashoggi habrían sido “no puedo respirar”.
Como Ankara y Riad llevaron una investigación conjunta, autoridades turcas accesaron al consulado para realizar pruebas de ADN y buscaron los restos de Khashoggi en la casa del cónsul, en el cercano bosque Belgrad y en tierras de cultivo en Yalova, donde estuvieron vehículos del consulado el 2 de octubre.
A pesar de los esfuerzos, el destino del cuerpo continúa siendo un misterio, al igual que el nombre de quien ordenó al escuadrón saudita la muerte de Khashoggi, aunque algunos de los agentes implicados tienen vínculos con el príncipe heredero y otro es una figura importante en el Ministerio del Interior.
Riad detuvo a 21 sospechosos, despidió al jefe de Inteligencia adjunto, Ahmad al-Assiri, y al asesor del príncipe heredero, Saud al-Qahtani; y restructuró sus servicios de inteligencia. Hasta el momento, 11 personas han sido acusadas por el asesinato y el fiscal saudita busca la pena de muerte para cinco de ellas.
Arabia Saudita ha rechazado hasta ahora las demandas de Turquía para extraditar a cualquiera de los sospechosos, pero tampoco ha dado a conocer las declaraciones de los acusados ni su identidad.
Caso Khashoggi quién ordenó su muerte, dónde quedó el cadáver?
11
de Enero
de
2019
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