La investigación “Extendiendo derechos a minorías marginadas: Reconocimiento de relaciones entre personas del mismo sexo en México y Estados Unidos" fue realizada por Carolina Beer, profesora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Vermont, y publicada en la revista State Politics and Policy Quarterly.
El reporte mide los efectos de la religión, las organizaciones LGBT y los gobernantes de tendencia izquierdista en los derechos LGBT en ambos países.
Los resultados desmienten falsos estereotipos y muestran que la religión suprime la extensión de los derechos LGBT en Estados Unidos, pero no en México, donde el 80 por ciento de la población se identifica como católica.
Mayores porcentajes de protestantes evangélicos en áreas de Estados Unidos disminuyeron las probabilidades de que se extendiera el reconocimiento legal de las relaciones entre personas del mismo sexo.
El estudio también muestra que el número de organizaciones LGBT existentes en un estado podía pronosticar si los derechos de relación entre personas del mismo sexo se establecían en esa entidad. Las probabilidades de que así ocurriera fueron más prominentes en México que en Estados Unidos.
Tener una organización LGBT adicional en una entidad en México aumenta las probabilidades de tener derechos legales para las personas LGBT en más del 70 por ciento, en comparación con solo el 10 por ciento en un estado de Estados Unidos.
Beer, quien se especializa en política comparada y política latinoamericana, basó su análisis en la actividad legislativa LGBT a nivel nacional y estatal en Estados Unidos y México entre los años 2000 y 2014.
La investigadora también analizó datos de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para medir el impacto de las organizaciones LGBT en la legislación; y las cifras del Censo de Estados Unidos y México para capturar los niveles de religiosidad por estado.
"Dado que los movimientos sociales LGBT son más fuertes en Estados Unidos, los mexicanos son más religiosos y un partido religioso conservador ha gobernado México durante la mitad de las últimas dos décadas, esperaríamos encontrar una mayor igualdad legal para las personas LGBT en Estados Unidos”, dijo Beer, al comentar el estudio en un comunicado.
"De hecho, como muchos conceptos erróneos sobre México, ese no es el caso. México a menudo se percibe como un país atrasado que sigue el ejemplo de Estados Unidos. Pero en realidad es muy progresista con ideas progresistas", aseguró.
El estudio también mostró que en las entidades de México y de Estados Unidos con gobernadores de tendencia liberal, se daba un aumento en el reconocimiento legal de las mismas relaciones entre personas del mismo sexo.
Los estados liberales como Vermont, el primero en Estados Unidos en legalizar las uniones civiles, estaban a la par con los estados liberales similares en México en cuanto a su avance en la legislación sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Paso la mitad de mi vida en la Ciudad de México y la otra mitad en Vermont, y aunque son completamente diferentes en muchos aspectos, ambos son muy progresistas y se los conoce como innovadores de políticas", dijo Beer.
"Vermont supera totalmente su tamaño en términos de innovación política y, al igual que la Ciudad de México, que tiene 20 millones de personas, ha creado políticas que eventualmente se replicaron a nivel nacional", agregó.
El hallazgo de que los estados liberales con gobernadores de izquierda aumentaron positivamente las leyes LGBT amigables a nivel estatal en ambos países no se tradujo al nivel nacional.
Beer destacó el hecho de que el Partido Acción Nacional (PAN), un partido conservador, estaba en el poder cuando México aprobó sus políticas antidiscriminatorias LGBT nacionales y las reformas constitucionales.
Sin embargo, ninguna de estas iniciativas avanzó cuando el Partido Demócrata controló la presidencia de Estados Unidos entre 1992-2000 y 2008-2016.
Beer dijo que históricamente, los últimos hallazgos en el estudio no deberían sorprender dado que México anuló las leyes contra la sodomía que criminalizaban el sexo gay en 1871, más de 100 años antes que Estados Unidos.
También en 2002 y 2005, México aprobó una ley nacional contra la discriminación, por lo que es ilegal discriminar contra las minorías sexuales; agregó una protección explícita para minorías sexuales a su Constitución; y creó una agencia antidiscriminatoria que lanzó una campaña nacional contra la homofobia.
Estados Unidos no está nada cerca "de estas reformas en términos de luchar contra la homofobia y promover los derechos de los homosexuales a nivel nacional", sostuvo la investigadora.