De acuerdo con un estudio realizado por la ONG, la proporción total de niños menores de cinco años, con “déficit nutricional en alguna de sus formas”, se elevó de 54 por ciento en abril a 68 por ciento en agosto pasado.
Las cifras son resultado de un monitoreo en 32 localidades empobrecidas de los estados de Vargas, Miranda (norte) y Zulia (noroeste) -estos dos últimos los más poblados del país-, donde Cáritas, vinculada a la Iglesia católica, desarrolla programas de asistencia humanitaria.
Del total de menores afectados, 14.5 por ciento presentó “desnutrición aguda global” (que abarca las variaciones moderada y severa), frente a 11.4 por ciento del período comprendido entre marzo y abril, precisó el reporte.
El estudio anterior evaluó a mil 69 niños, incluidos residentes de Caracas.
“El promedio de los registros de todas las parroquias está muy cercano al nivel de emergencia (15 por ciento de los niños con desnutrición aguda global). Sin embargo, este nivel ya se alcanza en las parroquias de Zulia”, advierte el informe.
Cáritas indicó además que 21 por ciento de los menores a quienes hizo seguimiento -midiendo su talla y peso- tiene desnutrición leve, 32.5 por ciento está en riesgo de desnutrición (han comenzado a deteriorarse) y 32 por ciento no tiene déficit nutricional.
Venezuela enfrenta una escasez crónica de alimentos a raíz de la caída del precio del petróleo, fuente de 96 por ciento de las divisas en este país dependiente de las importaciones.
Cáritas también atribuye el aumento de la desnutrición a la voraz inflación, que según el FMI cerrará este año en 720 por ciento.
Según el informe, el costo de la canasta básica alimentaria subió en promedio 23.6 por ciento por mes.
En junio y julio fue mayor a raíz de la convulsión que vivió el país por protestas opositoras contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que dejaron al menos 125 muertos entre abril y julio.
La inflación alimentaria ha sido la mayor en los últimos 20 años, afectando incluso el programa oficial de venta de alimentos subsidiados en zonas populares.
"El acceso (a esas raciones de comida) se incrementó en el período, pero por su alto costo las familias los adquieren colectivamente", lo que acorta su duración, apuntó el reporte.
Hasta ahora el gobierno no admite que haya una crisis alimentaria y sostiene haber reducido la pobreza a 18.3 por ciento y la extrema pobreza a 4.4 por ciento en 2016.
En las poblaciones afectadas la dieta se limita a tubérculos y granos, a falta de carne, huevos y lácteos, necesarios "para la prevención de anemia, el desarrollo infantil y embarazos seguros", señaló el documento.
Algunas familias han tenido que recurrir a la venta de sus electrodomésticos y ropa para adquirir alimentos, añadió.
Cáritas urgió al gobierno de Nicolás Maduro a destinar recursos extraordinarios "para la atención de la desnutrición severa", pues de "no revertirse", los "más pobres podrían estar en emergencia nutricional al cierre del año".