La Habana, mayo, (SEMlac). – Superar la visión patologizante y binaria en la atención médica de las personas trans, entenderles no únicamente como pacientes y adoptar un enfoque multidisciplinario e intersectorial en el abordaje de las problemáticas diversas de este colectivo, que incluya una mirada social, continúa siendo un desafío.
En ello coincidieron especialistas, activistas y participantes de la VIII edición del Coloquio Internacional Trans-Identidades, que sesionó entre los días 7 y 9 de mayo en La Habana, como parte de las XVII Jornadas cubanas contra la Homofobia y la Transfobia.
“Las personas trans no siempre han encontrado servicios de salud adecuados”, dijo la psiquiatra Ada Alfonso, para quien uno de los retos en Cuba, en ese sentido, radica en garantizar el acceso equitativo a los mismos.
Actualmente, estas personas se ven obligadas a acudir a servicios centralizados, lo que dificulta su acceso a la atención que requieren, explicó. Las demandas de las personas transexuales de ser atendidas en espacios más cercanos han llevado a replantearse cómo hacer que esto sea posible, agregó.
De acuerdo con la doctora Gisel Ovies Carballo, especialista de segundo grado en Endocrinología, más del 80 por ciento de los pacientes que acuden a los servicios para personas trans del Instituto de Endocrinología, en busca de terapias de hormonización, lo hacen ya automedicados, lo cual representa un reto para su bienestar.
Alfonso, también especialista del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), comentó que hoy se trabaja en una estrategia de desconcentración y regionalización de los servicios de atención integral de salud para las personas trans, que tiene entre sus antecedentes la estrategia de integración social de las personas trans que coordina el Cenesex y cuya investigadora principal es la directora de la institución, Mariela Castro.
“Buscamos que la red de servicios integrados del sistema nacional de salud tenga la capacidad de responder a sus demandas, las cuales no se limitan únicamente al ámbito sanitario”, aclaró.
Las necesidades de las personas trans abarcan aspectos sociales, familiares, de pareja, psicológicos y laborales, por lo que es fundamental adoptar un enfoque integral que no medicalice su atención y se focalice, desde las distintas políticas públicas, en sus derechos, insistió Alfonso.
Explicó que si bien el sector salud reconoce que muchas de las situaciones sociales que enfrentan las personas transexuales están directamente relacionadas con el malestar psicológico que experimentan, no todas estas situaciones requieren la intervención de personal de salud especializado, sino que deben ser abordadas de manera multidisciplinaria e intersectorial.
Es necesario que los problemas de salud de las personas trans puedan ser atendidos, tanto en el sector primario como en el sector secundario de salud, teniendo en cuenta una mirada social que reconozca las demandas y realidades de este colectivo, argumentó la psiquiatra.
Las principales problemáticas de salud mental en las personas trans incluyen malestares durante el período de transición social, conflictos familiares, escolares, laborales y comunitarios, inconformidades con la imagen corporal, conflictos de pareja y disfunciones sexuales, dijo la psiquiatra y terapeuta sexual Elvia de Dios. Foto: SEMlac Cuba
De acuerdo con la también psiquiatra y terapeuta sexual Elvia de Dios, en el ámbito de los servicios de salud mental se ha observado que las principales problemáticas atendidas en relación a las personas trans incluyen malestares durante el período de transición social, conflictos familiares, escolares, laborales y comunitarios, inconformidades con la imagen corporal, conflictos de pareja y disfunciones sexuales.
Las personas trans están expuestas a factores de estrés relacionados con la violencia, la discriminación y el prejuicio sexual, así como al estigma internalizado, la expectativa de lo rechazo y el ocultamiento de su identidad, detalló la socióloga Delia Rosa Suárez Socarrás.
Vencer estereotipos
“Es la sociedad la que debe cambiar para poder atender de manera eficiente a estas personas”, dijo Alfonso.
Dicho abordaje implica romper con el binarismo presente en los esquemas de atención, apuntó el profesor Paolo Valerio, experto en Psicología Clínica de la Universidad de Nápoles «Federico II», en Italia.
Para el profesor italiano Paolo Valerio, el enfoque no binario es un desafío político importante en el campo de la medicina. Foto: SEMlac Cuba
Pese a los avances en la lucha contra los estereotipos de género, la sociedad aún se encuentra arraigada en una mentalidad patriarcal, sexista, genderista y heteronormativa, sostuvo.
Michela Fusaschi, antropóloga y profesora de tiempo completo en la también italiana Universidad Roma Tre, resaltó la necesidad de deconstruir la imagen tradicional del cuerpo a través del activismo y los avances en la sociología.
Fusaschi afirmó que el cuerpo es producto de una construcción social y es fundamental ayudar a los médicos a comprender y respetar la diversidad de género.
Ari Vera, activista trans mexicana, enfatizó en la importancia de utilizar un lenguaje inclusivo y no estigmatizante al crear modelos de atención para personas trans y diversas en términos de género.
“Utilizar términos como ‘desórdenes sexuales’ para referirse a las personas intersexuales alimenta la idea de una malformación; hablemos de ‘variación sexual’ como una alternativa más adecuada”, ejemplificó Vera.
Ari Vera, activista trans mexicana, enfatizó en la importancia de utilizar un lenguaje inclusivo y no estigmatizante al crear modelos de atención para personas trans y diversas en términos de género. Foto: SEMlac Cuba
Para el profesor Valerio, el enfoque no binario es un desafío político importante en el campo de la medicina. “No existen soluciones estandarizadas para todas las personas no binarias y que cada individuo debe ser tratado de manera personalizada y respetuosa, teniendo en cuenta sus necesidades y preferencias individuales”, señaló el profesor, quien aboga por una medicina de género, que tenga en cuenta esta dimensión tan importante de las personas.
En tanto, la psicóloga Adriana Agramonte Machado defendió que la práctica médica no está ajena de la influencia que en ella ejerce el contexto social donde se desarrolla.
“No siempre se logra asumir elementos de las ciencias sociales para atender a las personas, pues existe una gran resistencia por parte de los especialistas de la salud para la asimilación de nuevos comportamientos y formas de permitirle a las personas su participación en su atención de forma específica”, advirtió la profesora Ada Alfonso.
“Es necesario orientar el debate hacia estos ejes y propiciar un diálogo que no puede demorar, ya que, de lo contrario, se seguirán reproduciendo visiones limitadas desde nuestras prácticas”, afirmó.